Padres y Madres: Devociones del Ministerio Tiempo de GraciaEjemplo

La crianza: Anime, no exaspere A lo largo de todas las culturas y las épocas parece que la crianza de los hijos se ha considerado como trabajo de las mujeres. Hay una razón para eso, como sólo la madre puede llevar a cabo la gestación y la lactancia, es apenas natural que los pequeños deban ser criados principalmente por ella. Pero nunca fue designio de Dios que los hombres estuvieran ausentes; el apóstol Pablo tiene esta instrucción para todos los padres cristianos: “Y vosotros, padres, no provoquéis a ira a vuestros hijos, sino criadlos en disciplina y amonestación del Señor” (Efesios 6:4). La autoridad se puede convertir en control, y el control puede llegar a ser abusivo; por eso Pablo exhorta a los padres a que moderen su autoridad con compasión, paciencia y amabilidad para que no exasperen a los hijos. Un niño lacerado por demasiada dureza en el hogar manifestará su enojo y rebelión por el resto de su vida. El liderazgo de un padre debe tener el propósito de disminuir el nivel de enojo en el hogar, no de aumentarlo. Así que, padres, críenlos. Aliméntenlos, alimenten su alma y su espíritu. Protéjanlos, cuiden de ellos y procuren su bienestar. Asegúrense de que conocen el nombre de su Creador. Asegúrense de que hayan escuchado las grandes historias de su redención a través de Jesucristo. Procuren que su fe sea alimentada y que siempre estén presentes la sabiduría y la guía del Espíritu Santo. Cuando muera, a usted le será quitado todo lo tangible que haya en su vida; lo único que podrá llevar con usted al cielo son las personas.