Padres y Madres: Devociones del Ministerio Tiempo de GraciaMuestra

Ser hijo de padres: Únase al equipo; ame al equipo Creo que la mayoría de nosotros subestimamos nuestro propio egoísmo; es mucho más fácil verlo en los otros, y sé que no siempre presto atención cuando otras personas (incluida mi familia) me hacen insinuaciones sobre mi egoísmo. Los adolescentes son los que luchan especialmente con esto; por naturaleza siempre se quieren apartar de los padres, siempre se están probando máscaras para descubrir quiénes son, siempre tratan de ser ellos mismos para no ser absorbidos por la identidad de sus padres, anhelan la independencia. La energía juvenil hace que los padres les parezcan viejos necios, y los hermanos menores como equipaje embarazoso. Todos nacemos con la actitud de "¿Y yo qué gano?," y “¿Qué va a hacer por mí?” El airado grito con que le respondió Caín a Dios: "¿Acaso soy yo guardián de mi hermano?", sigue siendo nuestro idioma nativo. Dios tiene un camino mejor: “servíos por amor los unos a los otros, porque toda la Ley en esta sola palabra se cumple: «Amarás a tu prójimo como a ti mismo»” (Gálatas 5:13,14). Nuestro Siervo Salvador, Jesús, nos da el perdón sanador que todos necesitamos y también un modelo de comportamiento para los que sienten que se están apartando de su familia. Reconozca que usted no es tan inteligente y tan hábil como piensa, y que los otros miembros de su familia no son tan tontos como usted piensa. Su familia es un don de Dios, es su equipo. Ame a su equipo.