Callos en El CorazónEjemplo

Volviendo al diseño original

Es cierto que la Biblia enseña que tanto hombres como mujeres son creados a imagen y semejanza de Dios, es decir, ambos géneros reflejan diversas características de Dios.

Por ejemplo, en los hombres se ve la fuerza y la valentía, mientras que, en las mujeres se ve la creatividad y la sensibilidad. El diseño original alude a que hemos sido creadas por Dios con un propósito, una identidad y una intención clara. En otras palabras, tanto tú como yo tenemos un papel fundamental en el plan de Dios. Dios tiene un diseño perfecto para cada una, nuestro corazón fue creado con un propósito específico y con un diseño original.

En la vida absolutamente todo está interconectado y funciona en equilibrio cuando sigue el propósito para el cual fue creado.

Imagina que eres una flor en el jardín de Dios, para crecer y florecer necesitan riego, abono y buena tierra. El riego simboliza la Palabra de Dios, que nos nutre y refresca cada día. El abono simboliza las experiencias y desafíos que enfrentamos, los cuales nos fortalecen y hacen crecer.

La buena tierra es nuestro corazón, preparado y dispuesto a abrazar el propósito de Dios. Cada decisión que tomamos es como un puñado de abono en nuestra vida, cada decisión por más pequeña que parezca influye en nuestro crecimiento y, por ende, en la realización de nuestro propósito. La vida es la suma de todas nuestras decisiones y estas determinan si nos acercamos o nos alejamos del diseño original.

Un corazón dispuesto implica estar abiertas y receptivas a Su voluntad. Es una actitud de humildad, amor y entrega hacia Dios, permitiendo que Él trasforme nuestro corazón y guíe nuestros pasos.

En la vida muchas veces creemos en Dios, pero no le creemos a Dios. Es decir, no confiamos plenamente en sus promesas y en su plan para nuestras vidas y eso nos lleva a vivir una vida mediocre, donde siempre nos mantenemos al margen de lo conocido, lo aparentemente seguro y viable. No obstante, la fe es el primer paso para sanar, pero la confianza es lo que nos permite caminar en obediencia y seguridad, sabiendo que Dios está con nosotras y en nosotras.

Para vivir nuestro propósito, necesitamos sanar los callos del corazón y cultivar una vida de fe y confianza. La fe y la confianza van de la mano, al igual que una flor nuestro corazón también necesita de un cuidado constante, nuestra relación con Dios requiere dedicación y atención, la relación con una misma demanda tiempo al igual que con los demás.

Recuerda que aun en medio del dolor, el temor o la incertidumbre tienes al Espíritu Santo, quién te conoce y te mira con agrado. Él anhela consolarte, vendar y sanar todas tus heridas por completo.

La vida es la suma de nuestras decisiones diarias, escoge sabiamente y vive cada día en el lugar secreto: conociendo a Dios, sanando y descubriendo poco a poco el propósito que Él tiene para ti

Para finalizar estos días de transformación, reflexiona: ¿De qué manera mis decisiones diarias están favoreciendo al crecimiento y florecimiento de mi propósito según el diseño original de Dios?

Toda la gloria para Dios por el hecho de que, ¡has finalizado este plan de transformación! Recuerda que en Un Milagro Cada Día encontrarás más contenido edificante. Ahora te alentamos a seguir conociendo más de la abundante gracia de Dios siguiendo este enlace. Agradecemos a Abigail Medina por proveer este plan de lectura.