Origen.

Nuestro punto de partida no puede ser otro que en el centro de la tierra, aquel lugar maravilloso en el que Dios plantó un huerto en el oriente, un lugar nombrado Edén que estaba irrigado por un río dividido en cuatro ramales: Pisón, Gihón, Tigris y Éufrates.

Es aquí dónde encontramos el pacto más antiguo y nuestra misión inicial:

«Sean fructíferos y multiplíquense».

Todos tenemos nuestro génesis particular, nuestra iniciación y estoy seguro que no fue presisamente en un manantial como ocurrió con Adán. Nuestro comienzo con toda seguridad fue con un tropiezo, con una caída, sobretodo con una ruptura, ¿cierto?

Te puedo asegurar que no conocerás dos personas con el mismo comienzo y eso que todos somos diferentes. Por eso es importante pensar en nuestro génesis. El punto exacto donde comenzaste a caminar con el Señor. Nunca olvides dónde ocurrió ni qué edad tenías. Y muy especialmente, quién te acercó el Evangelio por primera vez. Muy probablemente fue con Juan 3:16.

Eso marca tu vida para siempre, es el momento en que renunciaste al derecho de vivir por tu propia cuenta y te entregaste con fe a Cristo para siempre. Ese es tu génesis, el momento justo en el que la verdadera vida comenzó para ti con la más increíble promesa:

«Una vida eterna».

Es el sexto día de la creación, cuando puso todo a nuestra disposición, las plantas con semilla, las frutas en los árboles, las verdes para los animales (con cortesía para vegetarianos), y para todo aquel que está vivo. Hoy en día buscamos con mucha frecuencia los planes ilimitados, en nuestros teléfonos, en el internet y hasta en los cruceros "todo incluido". Lo primero que Dios nos dio fue su perfecto plan ilimitado.

Aquí viene lo mejor «Llenen la tierra y gobiernen sobre ella».

Hay dos cosas que me llaman mucho la atención, de antemano pido una humilde disculpa por la primera, todo ocurre en el sexto día, ¿ya viste las tres primeras letras? Y justo en el día en que nos dice «multiplíquense». No sé, pero si me llevan a un jardín "nudista" con todo incluído, me dicen que debo "cultivar" y multiplicar, por si fuera poco, no existen aún las suegras, no sé ustedes pero en lo que respecta a mí "Escucho y obedezco" (Dt 6:4).

La segunda es, todo el mundo le pone más atención a la situación de la mordida de la manzana, al trabajo y los dolores de parto que al jardín mismo. ¿Entonces ponen su esperanza en algún día y en el cielo? ¡Pausa! O, como grita el director: ¡Córte!

El reino fue creado en el centro de la tierra (no en el cielo), te dejó la tarea de ubicarlo en tu navegador digital, te va a sorprender. Adán y Eva, Ellos fueron creados «a imágen y semejanza» como los primeros super - visores de la creación.

¿Acaso crees que lo de la serpiente y la manzana tomó por sorpresa a Dios Padre? ¿Entonces Dios tuvo que idear un plan B? ¿Crees que Dios tuvo que modificar su plan?

¡Por supuesto que no!

La promesa de vida eterna será con el retorno al jardín, y dicho sea de paso, por eso la tierra nunca será destruída. (Ahí que nos disculpen en Hollywood).

Y esa apenas es la primer promesa.