Este Es El Camino: Un Viaje De 30 Días a Través Del Libro De Los HechosMuestra

Él cumplirá lo que ha prometido

por Phillip Hunter

Después de su muerte, se les presentó vivo y, con muchas pruebas que no admiten duda, se les apareció durante cuarenta días y les habló acerca del reino de Dios. Mientras estaban juntos, les mandó que no se fueran de Jerusalén, sino que les dijo: «Esperen la promesa del Padre, la cual ustedes oyeron de mí. Como saben, Juan bautizó con agua, pero dentro de algunos días ustedes serán bautizados con el Espíritu Santo.» de no muchos días" -- Hechos 1:3–5 (RVC).

"Nunca he sido bueno esperando". Cuando era niño, parecía muy aburrido esperar. En mi juventud era frustrante esperar. Y ahora que soy mayor, reconozco que la espera revela cuánto detesto no tener el control. Entonces, ¿por qué Dios hace que la espera sea parte de nuestra vida? ¿Es simplemente porque las cosas buenas suceden a los que esperan?

Después de que Jesús resucitó de entre los muertos, pasó casi un mes y medio con sus discípulos hablándoles del reino de Dios. Habían escuchado a Jesús durante años, pero había tantas cosas que todavía necesitaban entender. Antes de la cruz, eran hombres espiritualmente muertos tratando de descifrar las cosas de las que Jesús habló en sus parábolas. Pero el Domingo de Resurrección, Jesús entró en la habitación donde estaban reunidos y les dijo que recibirían el Espíritu Santo. Creo que este fue el día en que nacieron de nuevo y pudieron entender las enseñanzas de Jesús de una manera completamente nueva.

Apuesto a que a Jesús le encantó finalmente poder decirles verdades que nunca podrían comprender antes de recibir el Espíritu Santo. Me encanta pensar que les dijo cómo ser transformados por medio de la renovación de sus mentes. Tal vez Él les dijo que podían vivir y ser protegidos por su paz sin importar lo que soportaran. Y me pregunto si les explicó que en el momento en dar su último aliento aquí en la tierra, exhalarían su próximo aliento en la gloriosa presencia de Dios.

Jesús compartió todas estas verdades asombrosas con ellos, pero también les dijo que esperaran la promesa del Padre: el bautismo en el Espíritu Santo. Él les dijo que al ser llenos del Espíritu Santo, recibirían poder. ¡Les dijo que serían testigos ante todo el mundo! Todo al parecer realmente grande que debe cumplirse, entonces, ¿por qué Jesús eligió hacerlos esperar para recibir la promesa en lugar de simplemente dárselas de inmediato?

La Biblia dice que la fe proviene por el oír la Palabra de Dios, pero también enseña que crecer en nuestra fe incluye perseverar en temporadas de espera. En mi vida hay un nivel de fe que se construye al escuchar un mensaje, pero hay una fe duradera que ha sido necesaria para recibir las cosas que Dios ha prometido. La Biblia habla de perseverar en nuestra fe y de las bendiciones que recibimos mientras estamos en medio de creer en una promesa. Personalmente, ha sido en la espera que Dios me ha desarrollado, madurado y me ha hecho parecerme más a Él.

Al examinar la temporada en la que estoy, veo varias promesas que espero que el Padre cumpla. ¿Y tú? ¿Tienes alguna promesa que esperas que Dios cumpla? ¿Sanidad? ¿Alguna situación financiera? ¿O una relación restaurada? Todo eso es importante, y creemos que las promesas de Dios son "¡Sí y amén!"

Sin embargo, hay algo que Dios está haciendo en tu vida en esta temporada que es más profundo y fructífero que solo el cumplimiento de la promesa. Todos tenemos un reloj interno que lleva un registro del tiempo que creemos debería tomar algo. Si tarda más de lo que pensamos, somos tentados a rendirnos. ¡Por favor, no te rindas! Permíteme parafrasear a Pablo en Gálatas 6:7-10, no se cansen de hacer el bien, Dios no será burlado, cosecharán lo que siembren. Elige agradar al Espíritu mientras esperas, porque en el tiempo señalado por Dios, recibirás la promesa.

El profeta Isaías dijo: “Señor, nuestra esperanza reposa en el camino de tu justicia; son tu nombre y tu memoria el mayor deseo de nuestra alma”.(Isaías 26:8 RVC). Mencioné cómo la espera me revela que detesto no tener el control. Si yo puedo controlar la promesa que espero, el crédito es mío. Cuando espero que Dios actúe, le doy a Dios la oportunidad de mostrar lo que solo Él puede hacer. ¡Dios se lleva todo el crédito y la gloria!

Mi desafío para ti es que la postura de tu corazón sea como la del profeta Isaías y que digas: "Dios, en cada temporada confío en ti. Confío en tu justicia. El deseo de mi alma es que Tú seas reconocido y engrandecido en mi espera. ¡Deseo que recibas toda la gloria!".

Oración

Señor, Tú conoces las promesas que espero en esta temporada. También conoces tu tiempo señalado para que se cumplan. Haz lo que quieras hacer en mí durante la espera. Te pido la capacidad de perseverar con gozo. Y que Tú recibas toda la gloria. En el nombre de Jesús, amén.

Activación

• Identifica y escribe cada promesa que esperas que Dios cumpla. Luego pasa tiempo en oración, pidiéndole al Espíritu Santo paciencia y perseverancia y que te ayude a rendirte a lo que Él quiera hacer en ti durante la espera. Luego, ¡sigue creyendo en la promesa!
• En tu diario vivir, observa los momentos en los que sientes la necesidad de controlar los resultados, sea en el trabajo, en el hogar o en tu relación con otras personas. Cada vez que sientas esto, haz una pausa y recuerda Isaías 26:8. Luego haz una rápida oración de entrega, diciéndole a Dios que confías en Él para que las cosas se resuelvan a su manera y en su tiempo.

Para profundizar

Hechos 1; Romanos 4:18–22; Romanos 5:3–5; Santiago 1:2–8

Espíritu Santo, ¿qué me dices hoy?