Salmo 103: ¿Por Qué Debemos Alabar a Dios?Muestra
Examinando el catálogo de las bendiciones recibidas de parte de Dios – parte I
Bendice, alma mía, a Jehová, y no olvides ninguno de sus beneficios. Él es quien perdona todas tus iniquidades, el que sana todas tus dolencias (Salmo 103:2-3).
Observemos algunas de las bendiciones que David reseña en su catálogo de bendiciones recibidas.
¿Por qué debemos alabar a Dios?
El salmista David pasa a enumerar algunas de las razones que tenemos para alabar a Dios.
- El perdona todos tus pecados (iniquidades).
Ese es el más grande de los regalos. Cuando experimentamos el perdón de Dios, se activa su poder en nuestras vidas. Nuestro espíritu despierta al saberse perdonado. Este beneficio activa todos los demás.
La palabra hebrea para “perdonar” en el Salmo 103 viene de la raíz que significa considerar la ofensa como si fuera nada o desecharla por completo. Significa descartarla o removerla. Sólo Dios puede perdonar de esta forma.
Dios es misericordioso y clemente para perdonar cuando manifestamos arrepentimiento, confesamos nuestros pecados y acudimos a Él en su gracia (1 Juan 1:9). Dios es“…lento para la ira, y grande en misericordia. No contenderá para siempre, ni para siempre guardará el enojo. No ha hecho con nosotros conforme a nuestras iniquidades, ni nos ha pagado conforme a nuestros pecados. Porque como la altura de los cielos sobre la tierra, engrandeció su misericordia sobre los que le temen” (Salmo 103:8-11). Cuando Dios nos perdona, Él se hace propicio a nosotros y obtenemos la paz por medio de su expiación. El pecado queda cancelado y borrado.
David había experimentado el perdón de Dios de primera mano, particularmente después de su pecado con Betsabé y el posterior asesinato de Urías. Su profundo sentido de culpa y su súplica por misericordia están capturados de manera conmovedora en el Salmo 51. En el Salmo 103, David retoma el tema del perdón, reconociendo que es Dios quien perdona todas sus iniquidades. Esto no es un concepto teórico para David; es una realidad vivida.
David sabía que su vida estaba manchada de pecados, desde el más insignificante hasta el peor de todos: el haber planificado la muerte de Urías por causa de su adúltero corazón. Pero recordaba que no había pecado que no pudiese ser absuelto con verdadero arrepentimiento y perdón, al acudir a Dios que es rico en misericordia. Esa es la promesa de Dios para el pecador arrepentido.Venid luego, dice Jehová, y estemos a cuenta: si vuestros pecados fueren como la grana, como la nieve serán emblanquecidos; si fueren rojos como el carmesí, vendrán a ser como blanca lana (Isaías 1:18).
Acerca de este Plan
El Salmo 103 es uno de los salmos más apreciados y amados de la Biblia, conocido por su elocuente expresión de alabanza y gratitud que surgen de un corazón profundamente agradecido y que ama a Dios. El Salmo 103 comienza con una exclamación exuberante de alabanza, la que refleja la vida total de David. Todo lo que estaba dentro de él, todo lo que era, cada fibra de su ser, estaba dedicado a bendecir el nombre santo de Dios. El entusiasmo de David estaba motivado por el recuerdo de los milagros que Dios había hecho en él.
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Nos gustaría agradecer a Arnoldo Arana por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: vidaefectiva.com