FructíferosMuestra
Día 2: Conexión para dar fruto
Jesús nos deja una enseñanza poderosa sobre la importancia de estar conectados a Él:
"Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, este lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer" (Juan 15:5).
Este versículo nos revela una verdad esencial: separados de Jesús, no podemos hacer nada. Una rama desconectada del tronco inevitablemente se seca. Así ocurre en nuestras vidas espirituales y en todas las áreas de nuestra existencia.
Si pensamos en nuestra familia, podemos reflexionar sobre cómo muchos de nuestros hijos pueden parecer como ramas separadas, luchando por mantenerse firmes. Sin embargo, como padres, somos llamados a ser la base y el sostén, el "tronco" que soporta más peso que las ramas. Somos quienes debemos brindar soporte y conexión, ayudándolos a extenderse y crecer de manera saludable.
Jesús nos enseña que las ramas representan conexión. No podemos desconectarnos de Él, de Su Palabra, de nuestra iglesia o de los lugares donde recibimos alimento espiritual. Esa conexión es lo que produce fruto en nuestra vida. Sin conexión, no hay vida; sin vida, no hay fruto.
En muchas ocasiones, el fruto cae de las ramas, pero no olvidemos que ese fruto es el resultado de un proceso: estar arraigados, alimentados y conectados. La conexión con Jesús es lo que garantiza que nuestras vidas sean fructíferas.
Hoy, reflexiona: ¿estás conectado a Jesús? ¿Tu relación con Él es fuerte y continua? La calidad de tu fruto dependerá de la fuerza de tu conexión. Así como una rama sin tronco se seca, nuestras vidas sin Jesús carecen de propósito y vitalidad.
Recuerda: el fruto no es algo que podamos producir por nuestra cuenta; es el resultado de permanecer en la vid verdadera, Jesús. Mantente conectado y deja que Él sea la fuente de tu crecimiento y abundancia.
Escrituras
Acerca de este Plan
Nuestra función en el reino es dar fruto, fuimos llamados a vivir vidas fructíferas, la invitación permanente en la palabra de Dios es a dar fruto. Pero el fruto es el resultado del proceso de madurez y es ahí donde más problemas enfrentamos como cristianos. Este plan te permitirá conocer las maneras en que Dios quiere que crezcamos, maduremos y finalmente demos fruto. Permite que Dios te hable y pases de una temporada de esterilidad a una nueva temporada de fructificación.
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Nos gustaría agradecer a Iglesia Triunfante por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://www.laiglesiatriunfante.org