FructíferosMuestra
Día 1: Empecemos por las raíces
Fuimos diseñados para fructificar; es parte del propósito de nuestras vidas. Todos anhelamos dar fruto, ya sea en áreas espirituales, emocionales, personales, económicas o materiales. Pero el fruto no aparece de la nada, requiere de un proceso.
Cuando pienso en fructificar, inevitablemente pienso en madurez. El fruto es el resultado de una excelente alimentación, como ocurre con una planta. Es la consecuencia de recibir los nutrientes necesarios desde la raíz. Dar fruto no es algo instantáneo; implica tiempo, esfuerzo y dedicación.
En el ámbito material, el fruto también es el resultado de sembrar una semilla y cuidar de ella. Esto significa regarla, exponerla al sol, podarla, abonarla, remover la tierra y, sobre todo, esperar con paciencia. Un fruto no aparece de un día para otro; requiere constancia y perseverancia.
Antes de hablar de fruto, debemos hablar del proceso. Todos queremos el fruto, pero pocos están dispuestos a sembrar la semilla. Queremos los resultados sin enfrentar el esfuerzo. Sin embargo, si realmente deseas dar buen fruto, primero debes enfocarte en desarrollar raíces.
Las raíces no son visibles ni atractivas, pero son esenciales. Sin raíces profundas, no hay crecimiento. Las raíces simbolizan fundamento, disciplina y estabilidad. Muchos cristianos carecen de la disciplina necesaria para profundizar, y esto incluye leer la Palabra, orar y desarrollar una relación íntima con Dios.
Echar raíces en el río de Dios trae un beneficio inmenso. Jeremías dice que el árbol que bebe del río no depende de las estaciones, y siempre tendrá hojas verdes (Jeremías 17:8). El Salmo 1 nos asegura que todo lo que hace prosperará.
Entre más profundas sean nuestras raíces, más estables estaremos, y nada podrá movernos. Si nuestras raíces se alimentan del río de Dios, incluso en tiempos de sequía, permaneceremos firmes y floreceremos.
Quiero dar fruto, pero sé que primero debo echar raíces. ¿Y tú? ¿Estás listo para profundizar?
Escrituras
Acerca de este Plan
Nuestra función en el reino es dar fruto, fuimos llamados a vivir vidas fructíferas, la invitación permanente en la palabra de Dios es a dar fruto. Pero el fruto es el resultado del proceso de madurez y es ahí donde más problemas enfrentamos como cristianos. Este plan te permitirá conocer las maneras en que Dios quiere que crezcamos, maduremos y finalmente demos fruto. Permite que Dios te hable y pases de una temporada de esterilidad a una nueva temporada de fructificación.
More
Nos gustaría agradecer a Iglesia Triunfante por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://www.laiglesiatriunfante.org