NT25 AYUNOMuestra

Día 9 - Karla Arceo, Levita en UPPERROOM

Lectura de hoy: Juan 13-Hechos 1

Juan 13:5, 8-9 (TPT)

“Luego echó agua en una vasija y comenzó a lavar los pies sucios de los discípulos y a secarlos con su toalla. Pedro miró a Jesús y le dijo: “Nunca lavarás mis pies sucios— “¡Nunca!” “Pero Pedro, si no me permites lavarte los pies”—respondió Jesús—. “Entonces no podrás compartir la vida conmigo”. Entonces Pedro dijo: “Señor, en ese caso, no solo lava mis pies, ¡lávame las manos y también la cabeza!”.

Piense en esto por un momento: Jesús, el Todopoderoso Hijo de Dios, eligió servir en la posición más baja lavando los pies de sus discípulos. Esto no fue meramente un acto simbólico, fue una muestra radical de humildad, gracia y amor. Pedro no lo entendió al principio y hoy en día muchos de nosotros luchamos con la misma resistencia. Nos gusta pensar que lo tenemos todo bajo control y que podemos ganar nuestro lugar en la presencia de Dios. Pero esta es la verdad: la verdadera vida en Cristo viene a través de la humildad y de permitir que Jesús nos limpie. ¿Estamos dispuestos a dejar de lado nuestro orgullo y autosuficiencia y abrazar plenamente Su gracia? ¿Permitiremos que Jesús nos lave por completo, no en partes, sino todo de nosotros? Si queremos experimentar más de Su amor, sanidad y transformación en nuestras vidas, comencemos por aceptar Su oferta de servirnos tal como Él sirvió a Sus discípulos. Como dijo Andrew Murray: “La humildad es el desplazamiento del yo por la entronización de Dios”. Es hora de soltarnos a nosotros mismos y hacer espacio para el amor transformador de Dios en nuestros corazones. Da un paso hoy: renuncia a esas áreas de orgullo y autosuficiencia, y permite que Jesús te lave, te limpie y te transforme. Cuando hacemos esto, no solo experimentamos la vida en Él, sino que también nos convertiremos en un reflejo de Su amor y humildad hacia el mundo que nos rodea.