NT25 AYUNOMuestra

Día 13 - Chase Durkin, Pastor de Jóvenes Adultos en UPPERROOM

Lectura de hoy: Romanos 4-13

Romanos 5:1-5 Por tanto, habiendo sido justificados por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo,2 por medio de quien también hemos obtenido entrada por la fe a esta gracia en la cual estamos firmes, y nos gloriamos en la esperanza de la gloria de Dios. 3 Y no solo esto, sino que también nos gloriamos en las tribulaciones, sabiendo que la tribulación produce paciencia; 4 y la paciencia, carácter probado; y el carácter probado, esperanza. 5 Y la esperanza no desilusiona, porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por medio del Espíritu Santo que nos fue dado.

Podemos estar en paz con Dios porque Él está en paz con nosotros. Esta paz solo puede venir de la fe en la obra terminada de la Cruz a través de Jesús. Ya no tenemos que esforzarnos por estar en paz; más bien, ahora podemos vivir de ello. No se trata de una idea figurativa; Esta es la verdad. Esta paz es uno de los mayores atributos de nuestra fe. Creemos y podemos seguir haciéndolo porque sabemos que tenemos un Padre Celestial que está en paz con nosotros, sin importar nuestras circunstancias actuales. Esta disposición ancla nuestros corazones a la esperanza.

¿Estás en paz con Él? Esta postura de paz es vital en nuestras vidas como seguidores de Jesús. Siempre he visto la paz como una especie de matriz, y sin ella, no tengo un lugar para que los preciosos dones de la perseverancia, el carácter y la esperanza se formen y vivan en mí. Es cuando carecemos de un fundamento de paz que encontramos que nuestras vidas carecen de la sustancia para soportar las pruebas y tribulaciones.

La paz no es fruto de circunstancias perfectas; En realidad, es el fruto que perdura en circunstancias imperfectas. La paz que afirmamos tener a menudo se revela en tiempos y temporadas en los que tendría sentido no tener paz en absoluto. Pero anímate: a medida que lees el resto de Romanos 5, te das cuenta de que esta paz fue idea de Dios. Es por eso que a menudo es un desafío creer, porque Él pensó esto para nosotros cuando aún éramos pecadores y nunca supimos que la paz podía existir. Es por eso que necesitamos que el Espíritu Santo nos revele diariamente el amor de Dios. La esperanza que no está en paz no es esperanza en absoluto, y la paz que no produce esperanza no es una paz verdadera.

Pídele al Espíritu Santo que revele a tu corazón dónde están tu paz y esperanza hoy. Pídele que derrame de nuevo el amor del Padre en tu corazón. Si hay una prueba o circunstancia presente, pídele que te ancle a la paz para que se pueda producir esperanza.Mira Su rostro hoy; todo lo que necesitas está en Él. Él está en paz contigo; puedes estar en paz con Él. Esa es la paz más verdadera que jamás experimentaremos en esta vida. Esta es la esperanza más pura que jamás se pueda saborear, una esperanza que no conoce vergüenza, a pesar de lo que estás pasando.

Salmos 34:4-Busqué a Jehová, y él me respondió;Él me libró de todos mis temores.Los que lo miran a Él son radiantes; Sus rostros nunca están cubiertos de vergüenza.