NT25 AYUNOMuestra
Día 7 - Tim Jacob, Emprendedor + Levita en UPPERROOM
Lectura de hoy: Lucas 17-Juan 2
Cuando los fariseos le preguntaron cuándo vendría el reino de Dios, les respondió: “El Reino de Dios no viene de maneras que se puedan observar, ni dirán: '¡Mirad, aquí está!' o '¡Allí!' porque he aquí, el reino de Dios está en medio de vosotros”.
Lucas 17:20-21
Una vez cuando estaba tratando de comunicarme con un amigo, recuerdo enviarle un par de mensajes de texto en el transcurso de una semana tratando de comunicarme con él. Me quedé perplejo y me pregunté si me estaba ignorando o si algo podría haber salido mal. Cuando lo vi en persona el fin de semana siguiente, le pregunté al respecto, y simplemente descubrí que había cambiado de número de teléfono desde la última vez que hablamos. Todos mis esfuerzos, pensamientos y preocupaciones estaban completamente fuera de lugar. Simplemente, no sabía lo simple que era llegar a él hasta que lo encontré cara a cara. Al leer esta porción de los capítulos finales de Lucas, me sorprende cómo Dios pone el foco en el Reino, pero así como los fariseos no lo contemplaron, nosotros también podemos fallar. Creemos que estamos buscando en los lugares correctos y con la actitud correcta, pero hasta que no nos encontramos y conocemos al Hombre de Cristo Jesús el Rey, a menudo nos comunicamos con el número de teléfono equivocado. En estos capítulos de Lucas, vemos que no era un reino como algunos alrededor de Jesús habían supuesto. Destrozó las nociones del hombre. No era un reino construido para responder a los deseos de la carne del hombre. No era un reino preocupado por el poder geopolítico. No era un reino de destellos y espectáculos. El Reino iba a establecerse dentro del corazón de su pueblo. El Reino fue encontrado en un Hombre. El Reino estaba y está cerca. Jesús destaca esto ante los fariseos. Al declarar que el Reino de Dios está en medio de ellos, o en algunas traducciones, "dentro de vosotros". Jesús comparte con ellos la triple presencia del Reino. Curiosamente, responde a una pregunta de “¿Cuándo?” con una respuesta de “¿Dónde?”, corrigiendo el alcance de su interrogatorio. Está físicamente cerca, y no solo cerca, sino en lo más íntimo, está dentro. Está establecido, no a través del poder terrenal, sino que reina dentro del corazón, subyugando la naturaleza de la carne y conquistando el dominio del pecado y la muerte desde adentro. No se jacta en la opulencia y la teatralidad, sino, en la vida de un pueblo que lleva y contempla la gloriosa imagen de su Rey. Al mismo tiempo, como está dentro, el Reino también estaba físicamente presente ante los fariseos, en la encarnación de su Rey de pie a plena vista, en la forma de un Hombre en medio de ellos que no lograron reconocer. De otra manera, la pregunta de “¿Cuándo?” que tenían ya había sido respondida, ya estaba a la mano, ya que Dios en la forma de hombre había venido ahora para cumplir y sellar la promesa del Reino en la Cruz, y predecir el Reino físico pero sobrenatural por venir. A medida que leemos estos capítulos finales de Lucas, vemos múltiples naturalezas de este Reino sobre las que reflexionar, y tal vez desafiar nuestras nociones de cómo podemos desear que el Reino obre para nuestro beneficio.
● Un Reino de Justicia (Lucas 18:8).
● Un reino de humildad (Lucas 18:14).
● Un reino de fe infantil (Lucas 18:17).
● Un reino de generosidad (Lucas 18:29).
● Un reino de sanidad y plenitud (Lucas 18:43).
● Un reino para los perdidos (Lucas 19:10).
● Un reino de mayordomía (Lucas 19:17).
● Un Reino de Gloria (Lucas 19:38).
● Un Reino de Vida (Lucas 20:38).
Al considerar a este hombre de fe, quiero animarte a acercarte al Señor con expectación, entusiasmo y total abandono. Al buscar el Reino de Dios, Él lo revela de la manera que menos lo esperamos. ¡Cuán increíble es que tengamos un Dios, el Rey de Gloria, que está dispuesto a acercarse, vivir dentro de nosotros y darnos la bienvenida a Sus cortes celestiales! Así como Él descendió para que lo hiciéramos, ¡cuánto más nos vemos obligados a descender y mirarlo a Él!
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