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Encomienda al Señor tu camino y confía en Él

“Encomienda (deja en sus manos) a Jehová tus obras (tu trabajo, tus acciones, tus tareas), y tus pensamientos (planes) serán afirmados” (Proverbios 16:3).

El Salmo 37: 5 resume este necesario enfoque que hace el rey Salomón: “Encomienda al Señor tu camino, confía en él, y él actuará”. Esto significa ponerlos fuera del señorío nuestro y entregarlos a Dios. Cuando encomendamos a Dios nuestras obras, Él prepara nuestros corazones y ordena nuestros pasos; y, entonces, nuestros caminos son agradables delante de Él (Proverbios 16:7).

Muchos de los problemas que tenemos con nuestros pensamientos, nacen de obras incorrectas. Cuando nuestras obras no son agradables delante de Dios, perdemos gozo y paz. Cuando fallamos en hacer las obras de Dios, entonces nuestros pensamientos se hacen desparramados, y no podemos controlar nuestros pensamientos. Y una mente con pensamientos desparramados es una mente ansiosa.

Nuestras obras afirman nuestros pensamientos, y éstos afirman nuestra fe. Las buenas obras construyen buenos pensamientos. Si queremos pensar bien, tenemos que hacer las obras buenas de Dios. Eso es así porque, todo lo que sucede en nuestra vida, se conforma en lo que pensamos.