Los Milagros Y Nuestro TestimonioMuestra
Tabernáculos de Testimonio
Nunca olvidaré cómo cambió mi vida cuando descubrí que la palabra bíblica traducida como «testimonio» es la que se utilizaba para describir el «Tabernáculo de Testimonio» del Antiguo Testamento. Se trataba de una tienda donde Dios se reunía con el pueblo de Israel durante su viaje por el desierto hacia la Tierra Prometida.
Aquella tienda se llamaba el «Tabernáculo de Testimonio» porque durante veinticuatro horas de cada día, el poder y la presencia milagrosos de Dios se manifestaban allí. Otras naciones podían construir tiendas. Podían reunir y utilizar los mismos contenidos, pero la gloria de la presencia de Dios (su testimonio milagroso) no estaría allí.
Dios estaba continuamente presente en la tienda. Su gloria estaba en evidencia en el «Tabernáculo de Testimonio». ¿Y sabes una cosa? Jesús prometió que sus seguidores recibirían el poder del Espíritu Santo para ser sus testigos. Pablo explicó que eso significa que cada creyente es un templo del Espíritu Santo. Así pues, somos Tabernáculos de Testimonio, que damos testimonio con nuestras palabras y obras.
Los apóstoles Pedro y Juan recibieron el poder y la unción del Espíritu Santo. Pusieron en pie a un hombre lisiado en nombre de Jesucristo de Nazaret (Hechos 3:1-6). Su fe y su acción dieron testimonio (prueba) de la resurrección de Cristo. Como resultado de su testimonio en acción, fueron arrestados y se les exigió que explicaran el poder o el nombre con el que realizaron este prodigio. Pedro se presentó ante el tribunal de dignatarios religiosos oficiales y declaró: «¡Somos sus testigos!».
Quienes se oponían a los primeros cristianos les ordenaron que no hablaran en absoluto ni enseñaran en nombre de Jesús. Pero ellos respondieron que debían obedecer a Dios antes que a nadie, y que hablaban de las cosas que habían visto y oído.
El cristianismo bíblico y apostólico siempre ha sido promulgado por testigos, confesores, por mensajeros que han conocido a Jesucristo y han experimentado su amor y su poder en sus vidas. El mayor honor y llamado en la Tierra es ser testigo de Jesucristo: ser investido de su Espíritu Santo para predicar el Evangelio con la demostración del Espíritu y del poder.
Ese es el testimonio milagroso que debemos dar a nuestro mundo, la razón por la que el poder del Espíritu Santo fue impartido a los creyentes. Nos convertimos en «Tabernáculos de Testimonio» a través de los cuales se manifiesta el poder y la gloria de Dios, dando pruebas de que Jesucristo está vivo y presente ahora.
Jesús, prometiste que recibiríamos el poder del Espíritu Santo para ser tus testigos. Te ruego que me des poder.
Acerca de este Plan
Dios quiere que su poder milagroso se manifieste continuamente en nuestras vidas. Jesús envió al Espíritu Santo para que pudiéramos llevar la Buena Noticia a los que nos rodean, confiando en que Dios confirmará el Evangelio con señales y milagros para atraer a los no creyentes hacia Él. Este plan devocional se basa en el libro del Dr. T. L. Osborn, Milagros: Pruebas del amor de Dios.
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Nos gustaría agradecer a Osborn Ministries International por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://osborn.org/