Viajando Por El AdvientoMuestra

¿Ya llegamos?

"¡Sean pacientes y manténganse firmes, porque la venida del Señor está cerca!" (Santiago 5:8).

Cuando era niño, recuerdo hacer largos viajes en carretera con mis padres y mi hermana para visitar a la familia en un estado lejano. Los viajes eran extensos, y resultaba doloroso ver los mismos paisajes una y otra vez. Los juguetes que llevábamos ofrecían pocas distracciones, y era difícil para mi hermana y para mí tener paciencia y no molestarnos el uno al otro. Después de pasar lo que parecía ser un punto de referencia familiar, inevitablemente mi hermana o yo preguntábamos: "¿Ya llegamos?". Cada vez, uno de mis padres respondía: "Pronto, pero todavía no".

Décadas después, cuando mi esposa y yo comenzamos a llevar a nuestros hijos en largos viajes en carretera, comencé a apreciar no solo el paisaje, sino también la paciencia que mis padres tuvieron años atrás mientras nuestros hijos nos preguntaban constantemente: "¿Ya llegamos?", a lo cual respondíamos: "Pronto, pero todavía no".

La temporada de Adviento, con sus temas de esperanza, fe, gozo, paz y la vida de Cristo, me hace recordar con cariño estos viajes, porque cada uno de estos temas siempre estaba presente, aunque en diferentes grados en distintos momentos. Los viajes por carretera, como el Adviento, nos recuerdan de dónde venimos y nos invitan a pensar en lo que podríamos encontrar al llegar. El Adviento nos recuerda el tiempo en que los israelitas esperaban a su Salvador, y también nos recuerda que nosotros estamos esperando el día en que Él vuelva otra vez.

¿Ya llegamos?

Pronto, pero todavía no.

¿Qué debemos hacer mientras esperamos?

Santiago 5:7-11 nos dice que somos bendecidos si hacemos lo contrario a lo que los niños hacen en los viajes: debemos "ser pacientes" y "no quejarnos los unos contra los otros". Con ayuda e inspiración del Príncipe de Paz mismo, Jesús, quien "es compasivo y misericordioso", debemos reconciliarnos y hacer las paces con los demás antes de que nuestro viaje en la tierra termine.

Oración: Querido Señor, gracias por ser paciente, compasivo y misericordioso con nosotros. Por favor, ayúdanos a hacer lo mismo con todos los que nos rodean hasta el glorioso día en que regreses. Amén.

Escrito por Vincent Stallsworth (estudiante de Maestría en Divinidad en Wesley Seminary)