Viajando Por El AdvientoMuestra

Viviendo como hijos de la luz

“Todos ustedes son hijos de la luz y del día. No somos de la noche ni de la oscuridad" (1 Tesalonicenses 5:5).

Como cristianos, el gran regalo que hemos recibido es vivir en la luz de Jesucristo. En su luz encontramos nuestra salvación, nuestra libertad y nuestro propósito. Encontramos pertenencia y alegría. Encontramos paz. La alternativa es un mundo atrapado en la desesperación y la angustia, un mundo que cree que la oscuridad forma parte de su diseño, un mundo en conflicto. Sin embargo, en Cristo sabemos que pertenecemos al día. Nos aferramos a nuestra identidad como hijos de Dios, sabiendo que hemos sido creados por el amor de un Padre celestial.

En 1 Tesalonicenses 5:8-11, Pablo escribe:
“Pero nosotros, que somos del día, tengamos dominio propio. Protejamos nuestro corazón con la fe y el amor, y nuestra mente con la esperanza de salvación. Porque Dios no nos destinó a sufrir el castigo, sino a recibir la salvación por medio de nuestro Señor Jesucristo. Él murió por nosotros para que, en la vida o en la muerte, vivamos junto a él. Por eso, anímense y edifíquense unos a otros, tal como lo están haciendo.”

Como trabajadores del Reino, cuidamos la luz que hemos recibido para compartirla con quienes nos rodean. Atendemos nuestra mente y cultivamos nuestra fe. Nos sumergimos en el consuelo y la gracia de nuestra salvación. Fortalecemos la confianza de los demás y promovemos el valor propio. Buscamos mostrarles a aquellos en desesperación que no han sido hechos para la oscuridad, sino que ellos también son hijos de la luz.

Al amanecer y al anochecer, caminamos juntos guiados por el Espíritu Santo, revestidos de fe, amor y esperanza. Oramos para que un día, un pequeño rayo de luz permanezca en la oscuridad y despierte el alma tierna y amada de otra persona. Oramos para que un día, cada persona sepa y crea que también ha sido creada por el amor de Dios. Oramos por un Reino de luz eterna y abundante, reconciliado plenamente con el Señor.

Oración: Jesús, gracias por ser la luz y por traernos al día. Señor, oramos para que aquellos que viven en la oscuridad puedan ponerse hombro con hombro con nosotros al aceptar el regalo de tu luz.

Escrito por Nikki Prohaska (Estudiante de Maestría en Artes en Ministerio, Wesley Seminary)