Viajando Por El AdvientoMuestra

De lo oscuro a la luz

Cuando Jesús volvió a hablar a la gente, dijo: “Yo soy la luz del mundo. El que me sigue no andará nunca en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida" (Juan 8:12).

Cada año, cuando las personas comienzan a decorar sus hogares para la temporada navideña, los cristianos también nos preparamos para recordar el nacimiento de nuestro Salvador. Muchos adornan sus casas, tanto por dentro como por fuera, con cadenas de pequeñas luces eléctricas. A lo largo de su ministerio, Jesús se refirió a sí mismo como la luz del mundo, asegurando a sus seguidores que ya no andarían en tinieblas. ¡Qué gran promesa: no caminar más en la oscuridad! Es algo terrible andar en la oscuridad. Después de que un huracán devastador golpeó la isla caribeña donde vivo, la oscuridad envolvió todo el lugar durante varios meses. No teníamos electricidad. Vivíamos rodeados de tinieblas. En noches sin luna, apenas podías ver tu propia mano frente a tu cara. Si salías en medio de la noche, tropezabas con los escombros que estaban por todas partes.

Sin embargo, Jesús no se refería a la oscuridad física, sino a una oscuridad mental y espiritual que resulta de un alma sin Cristo o de alguien que no lo sigue. Muchos de nosotros hemos recibido a Jesús como nuestro Salvador, pero debemos seguirlo para que su luz continúe dándonos vida, iluminando constantemente nuestros pasos y evitando que tropecemos.

Eventualmente, las luces navideñas se quitan. Las cosas de este mundo no ofrecen permanencia: las posesiones materiales e incluso algunas relaciones personales pueden terminar o apagarse, como esas pequeñas luces. Pero, si seguimos a Jesús, Él iluminará todo con su presencia, provisión y paz. En estos días, preparémonos no solo con luces brillantes y decoraciones navideñas, sino también con la lectura y reflexión de su Palabra. Así podremos ver el camino que Él ha trazado para nosotros, hacia las promesas que nos tiene reservadas, iluminadas por su amor.

Oración: Señor, tú eres el autor y creador de la luz. Gracias por ser la luz del mundo que brilla incluso en los tiempos más oscuros. Que tu bondad y amor iluminen el camino de nuestra vida, para que tu gloria resplandezca en este mundo. Amén.

Escrito por Wendy Colón (Clase de 2023 de la Maestría en Divinidad de Wesley Seminary y estudiante actual del programa Doctorado en Ministerio)