Camino a BelénMuestra

Qué interesante es poder descubrir, al avanzar en nuestro tiempo devocional, querido lector, que no solo José, María y los Sabios de Oriente emprendieron el viaje a Belén, sino también los pastores que cuidaban los rebaños de ovejas.

Verás, los magos no fueron los únicos que viajaron hasta donde estaba Jesús. Ni siquiera fueron los primeros en visitarlo. Esa distinción, hasta donde sabemos, correspondió a un grupo de pastores de la región de Belén. Eran personas en el extremo opuesto del espectro de los sabios.
Estos humildes ganaderos no tenían posición, poder ni prestigio. No habrían tenido dinero ni influencia. Su trabajo y su lugar en la sociedad no eran respetados ni deseables. De hecho, no tenían educación y, en la escala social, eran considerados de los de más bajo nivel.

Pero, al margen de todo lo anterior, los pastores fueron los primeros a quienes Dios reveló el nacimiento del Salvador. Dios eligió hacerlo de una forma fascinante. Como de costumbre, los pastores estaban haciendo su trabajo en el campo, cuidando los rebaños de ovejas, cuando un ángel del Señor se les apareció, proclamándoles el nacimiento de Jesús, el Mesías Salvador. La aparición del ángel estuvo acompañada por la "gloria del Señor", que resplandeció alrededor de los pastores. Algo por demás maravilloso.

Mientras el ángel entregaba su mensaje, se le unió una multitud de ángeles que alababan a Dios por lo que había hecho mediante el nacimiento de Jesús, diciendo: «Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra paz a los que gozan de su buena voluntad».

Pero lo que más llamó mi atención fue lo que pasó después. El ángel les dio suficiente información a los pastores para que pudieran saber cómo y dónde encontrar a Jesús. Y una vez terminó el encuentro, la reacción de estos fue emprender de forma inmediata su rumbo a Belén. En otras palabras, se pusieron en camino "a toda prisa".

¿Qué tal tú?
La Biblia nos dice que estos humildes pastores fueron quizás los primeros evangelistas del Nuevo Pacto, porque durante su viaje a Belén, por todo el camino y con todas las personas que se encontraban, "glorificaban y alababan a Dios por todo lo que habían visto y oído".

Esto indica que lo más significativo de este encuentro y de su viaje a Belén fue su obediencia inmediata a la revelación que Dios les dio. Los pastores no se contentaron con saber acerca de Jesús. Estaban decididos a tener un encuentro personal con el Salvador que Dios había dado al mundo. No se trataba solamente de buenas noticias para escuchar, sino de una noticia aún mayor para experimentar personalmente. Ir a ver a Jesús instantáneamente se convirtió en lo más importante de sus vidas.

Solo para meditar: ¿Nos pasa esto cada vez que Dios ilumina, revela o aclara su Palabra para nuestras vidas? Es decir, ¿obedecemos de forma inmediata a lo que se nos revela o enseña?