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Camino a Belén

DÍA 3 DE 5

En el mismo contexto, hoy exploraremos, querido lector, otro viaje que se dio al mismo tiempo hacia Belén: el viaje de los Sabios de Oriente.

Además de María y José, hubo otros que hicieron su propio recorrido hacia Belén. Algunos de ellos vinieron de muy lejos, probablemente desde Persia (actual Irán). En el Evangelio de Mateo, capítulo 2, se les llama magos o sabios, un título reservado para aquellos reverenciados por su gran conocimiento y sabiduría en su época, lo que hoy podríamos llamar intelectuales. Estas personas eran influyentes y destacaban en diversas disciplinas. Una de ellas era la astronomía.

Mientras estudiaban las estrellas, descubrieron una nueva que, a mi modo de ver, también por obra y gracia del Espíritu Santo —¿quién más podría dar tal conocimiento?—, Señalaba el nacimiento de un gran Rey. Tan seguros y convencidos estaban de la importancia de este nacimiento que, desde sus diferentes lugares de residencia, emprendieron un viaje guiados por esta estrella con el propósito de conocer al futuro Rey y rendirle honores. Mateo nos relata que viajaron a Belén siguiendo la estrella y, finalmente, encontraron al Niño envuelto en pañales.

Cuando lo encontraron, no solo le presentaron sus regalos de oro —uno de los tesoros más representativos de la realeza—, sino también mirra, un símbolo que conectaba con la fragilidad y humanidad del Mesías, quien en el futuro sería envuelto en este tipo de tela al morir por los pecados de la humanidad. También le ofrecieron incienso, una ofrenda quemada que se utilizaba para adorar a los dioses de Oriente.

El viaje a Belén de estos sabios de Oriente fue, sin duda, una gran empresa. Un trayecto largo, de quizás mil millas o más. Probablemente viajaron a caballo o en camellos; no lo sabemos con certeza. Lo que sí sabemos es que estos sabios no tenían más indicaciones que la guía de una estrella. No sabían exactamente a dónde llegarían, cuánto tiempo les tomaría el viaje ni a quién encontrarían. No sabían si el Rey sería un bebé o un joven. Sin duda alguna, su viaje fue costoso, peligroso, difícil e incierto, pero aun así decidieron emprenderlo. Para ellos, este Rey que buscaban era la "perla de gran valor", por la cual valía la pena darlo todo con tal de encontrarlo. Encontrar a ese Rey se convirtió en la prioridad más grande de sus vidas.

¿Y tú? ¿Qué riesgos estarías dispuesto(a) a correr en estas festividades para tener un encuentro con Jesús? Tal vez te plantees dejar algunas cosas atrás o separarte de ciertas personas que te hacen daño o te motivan a vivir una vida desbordada en placeres.

¡Medita en esto!

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Acerca de este Plan

Camino a Belén

La Navidad es una época de alegría, celebración en familia, amor, pero sobre todo esperanza. Mientras nos preparamos para celebrar la venida de Jesús a nuestro mundo, emprenderemos un viaje a Belén y viviremos la historia de la Navidad para preparar nuestros corazones para recibirlo en nuestro corazón.

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Nos gustaría agradecer a Conociendo a Dios por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://conectar.conociendoadios.net/