CONTENDER al glorificar al Dios Trino

“Y a aquel que es poderoso para guardaros sin caída, y presentaros sin mancha delante de su gloria con gran alegría,25 al único y sabio Dios, nuestro Salvador, sea gloria y majestad, imperio y potencia, ahora y por todos los siglos. Amén" (Judas 24-25).

Devocional

Una de las grandes doctrinas bíblicas que los Reformadores sacaron a relucir con pasión – es la llamada ‘perseverancia de los santos’. Aquellos que han sido salvados son salvos para siempre, porque su salvación no se basa en su propia obra, fuerza de voluntad, o algún mérito intrínseco, sino solamente en la obra objetiva de Cristo hecha una vez por todas, terminada, perfecta, y eficaz.

Entonces, deberíamos decir, como Judas, que es la perseverancia de Dios en la vida de los santos, lo que nos puede preservar. Es Dios quien obra tanto el querer como el hacer en las vidas de sus hijos. Es Dios quien, por su poderosa providencia, sostiene el testimonio de su pueblo. Es Dios quien, como Dios amoroso y Buen Pastor fuerte, mantiene a sus ovejas firmemente en sus manos, de las que nadie las puede arrebatar, a pesar de la obra de Satanás en su contra, su persecución y desafíos cotidianos.

Esta fidelidad de Dios, de acuerdo con su pacto, es la fuente de nuestra perseverancia al continuar a contender con energía por la fe ‘una vez dada a los santos’, con la meta de darle gloria a Dios. Luchamos, con la mirada puesta en Cristo, el autor y consumador de nuestra fe. Perseveramos, sabiendo que el Espíritu Santo está obrando en nosotros y a través de nosotros. La Trinidad es soberana todavía y conduce la historia hacia el ‘telos’ supremo de todas las cosas: Su gloria exclusiva.

Este es el consuelo, consolación, paz y ‘combustible’ espiritual que mantiene a Su pueblo en marcha con una esperanza segura. Sabemos que, acabada la buena batalla, gracias al mérito de Jesús, nos encontraremos delante de Dios, no bajo su ira santa y justa, sino llenos de gozo y exultantes, para ofrecerle nuestra canción eterna:

“Al único y sabio Dios, nuestro Salvador, sea gloria y majestad, imperio y potencia, ahora y por todos los siglos. Amén”.

Él es el único, eterno, Dios Trino, que era, y es, y siempre será digno de toda alabanza

Acción de gracias

Demos gracias a Dios, en oración, por quién es: soberano, eterno, fiel, trascendente e inmanente al mismo tiempo, el Rey sobre todo y todos, pero, a la vez, el Emanuel que cuida a su Iglesia hasta el último detalle. Él no permitirá que nuestros pies resbalen mientras le servimos con un corazón entregado, lleno de gozo, a causa de Su gracia y providencia. ¡A Él solo sea la gloria!

Confesión

Pedimos perdón por las muchas veces que perdemos de vista Su soberanía y amor, y nos dejamos abrumar por la batalla espiritual que nos agota y sobrecarga.

Cuando la fatiga ralentiza nuestro andar como pueblo de Dios.

Cuando declaramos en palabras la supremacía del Dios Trino, mientras en nuestros corazones esta confianza no es una realidad completa.

También pedimos perdón por las veces cuando hemos trabajado no por la gloria de Dios, sino por nuestra propia gloria idólatra.

Petición

Espíritu Santo, renueva nuestra confianza en el Dios Trino y, a pesar de los grandes desafíos, no permitas que seamos nunca abatidos.

Renueva a tu pueblo en su motivación, en alabanza, en servicio, en testimonio y para tu gloria únicamente.

Manuel Morelli

AEI – Distrito Central Norte

Pastor Iglesia Evangélica “Solo Cristo”