CONTENDER con amor y por amor

“Conservaos en el amor de Dios” (Judas 21).

“El amor… no se goza de la injusticia, más se goza de la verdad” (1 Cor 13:6).

Devocional

Al leer la carta de Judas es posible ser distraído por el tono de alarma y las afirmaciones punzantes, sin darse cuenta de que lo que tenemos delante es una carta de amor – el amor de un amigo que está dolido, pero permanece fiel (Pr. 27:6-7); de un hermano que nació para permanecer contigo en la adversidad (Pr.7:7), de un amigo que no dejará de decirte la verdad para salvar tu vida (Jn 3:3).

Judas es un amigo que ha aprendido, como siervo de Jesucristo, lo que es el verdadero amor, dispuesto a entregar su vida por aquellos a los que ama. Judas aprendió junto con otros – como su hermano Santiago – a amar a aquellos a los que Dios amó primero. Por lo tanto, ante un sinnúmero de obstáculos para su común fe, y la malicia de hombres impíos, dispuestos a “convertir en libertinaje la gracia” y “negar a Dios el único soberano, y a nuestro Señor Jesucristo” (v.4), no puede guardar silencio, ni esperar, ni titubear. Se siente constreñido a escribir a sus hermanos. Es el amor que hace que esta carta sea necesaria, con sus evaluaciones lúcidas y oportunas, con la memoria de la historia y las promesas divinas, y con exhortaciones pastorales. La Iglesia de Cristo, y cada creyente individual, todavía necesitan ser movidos por el mismo espíritu.

Judas escribe con una urgencia que no nace de amor por sí mismo, sino de amor por Cristo y sus amigos. Y lo hace al manifestar aquel verdadero amor que ‘no se goza de la injusticia, mas se goza de la verdad'.

Esta semana, la Palabra de Dios nos invita a abandonar nuestros sillones cómodos, doblar nuestras rodillas y orar a Dios, para que nos abra los ojos y corazones a la voz del Espíritu, para discernir el pecado que nos “se nos infiltra” a nosotros y a su pueblo de varias maneras (religiosas, culturales, sociales) transformando la gracia de Dios en una doctrina humanista de buenas obras y, por ende, devaluando nuestra necesidad de Cristo. La Palabra nos invita a luchar contra el pecado con amor y por amor.

El amor de Cristo en nosotros nos motiva a luchar con el amor que él mismo mostraba para con los pecadores. La verdad de Cristo no alcanzará la victoria en nuestras ciudades, naciones y continentes por medio de la violencia de palabras y gestos agresivos, ni tampoco por medio de un sentimentalismo tonto. Será el amor sacrificado, que habla la verdad con gracia al hermano, a un vecino y a nuestros contemporáneos; un amor que no teme por su vida o reputación, sino que está dispuesto a perder las dos con tal de que la justicia resplandezca. El amor nos constriñe a hablar la verdad, porque la verdad conduce a Cristo. En la cruz Cristo luchó con el pecado por nosotros, con amor y por amor.

Acción de gracias

Te adoramos Padre, porque nos has mostrado lo que es el verdadero amor, al darnos a tu Hijo

Te damos gracias, porque Cristo nos dijo toda la verdad y dio su vida por amor a ella.

Te damos gracias por el don del Espíritu Santo, por quien podemos vivir motivados por tu propio amor.

Confesión

Pedimos tu perdón porque, demasiadas veces, libramos batallas por amor a nosotros mismos, nuestros propios intereses, y nuestras reputaciones.

Pedimos tu perdón porque nuestra vista espiritual es débil, nuestro corazón es tibio, y nuestro espíritu no es constante al seguirte.

Pedimos tu perdón porque, demasiadas veces, separamos el amor de la verdad, y viceversa.

Petición

Ayúdanos - tu pueblo - oh, Señor, a amarte y tu Palabra más que cualquier otra cosa. Que ese amor motive nuestra vida de fe.

Abre nuestros ojos espirituales para que reconozcamos los desafíos a la fe en nuestros tiempos.

Ayúdanos a desear lo que tú deseas para tu pueblo. Que luchemos con amor a favor de tus deseos

Stelluti Lucia

Vicepresidenta

Alianza Evangélica Italiana