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Regocíjate- Celebrando El Tiempo De Adviento

DÍA 5 DE 20

La entrañable misericordia de Dios

Leer: Lucas 1:76-79; Marcos 1:40-45; Hebreos 4:14-16

EOAO: Lucas 1:78-79

"Y por la entrañable misericordia de nuestro Dios, nos visitará desde lo alto la aurora
para dar luz a los que habitan en tinieblas y en sombra de muerte y
para guiar nuestros pies por caminos de paz".

En el Texto

Zacarías describió bellamente cómo la tierna misericordia de Dios descendió del cielo. Si bien Dios es santo y todopoderoso, vino a la tierra como el alba. No vino con una energía mortal, como un relámpago, para aplastarnos. Tampoco vino como un meteorito, brillante y espectacular, pero destructivo al impactar. En Jesús, Dios vino como un amanecer apacible y tranquilo, una luz apenas visible al principio, pero que poco a poco se hace más y más brillante hasta que toda la oscuridad de la noche es consumida.

Dios vino del cielo porque es misericordioso, lo que significa que es compasivo y siente una gran ternura hacia los que hizo. Cuando nos ve en nuestro pecado y culpa, Su corazón se conmueve y quiere ayudarnos. Nos dio a su Hijo, que dejó la gloria del cielo para ser uno de nosotros y vivir en esta tierra. En lugar de castigarnos como merecíamos, permitió que su propio Hijo perfecto soportara nuestro castigo, para que pudiéramos ser perdonados. Dios no nos ayuda por nada que hayamos hecho, estemos haciendo o vayamos a hacer en el futuro. Lo hace por su gran misericordia y amor hacia nosotros.

Cuando miramos a Jesús en los Evangelios, podemos ver claramente la misericordia de Dios. Aunque Jesús era puro y sin pecado, no dudó en recibir a los pecadores. Tuvo largas conversaciones con fariseos, asistió a cenas con recaudadores de impuestos y llamó a hombres y mujeres pecadores a seguirlo. En la historia que leemos hoy, Jesús no se limitó a decir las palabras para curar a un hombre con la temida enfermedad de la lepra. Por compasión, extendió su mano y lo tocó.

Cuando Dios viene a nosotros en Jesús, es como el amanecer después de una noche larga y fría. Se acerca a nosotros y no se aleja. Se lleva la oscuridad del pecado, el miedo, la desesperación y la tristeza. El día será cada vez más brillante hasta que lo veamos en el cielo, donde viviremos en su luz gloriosa y sanadora para siempre. Unámonos a Zacarías en la alabanza a nuestro Dios, que es tan tierno en misericordia.

Oración

Padre Celestial, gracias por tu tierna misericordia, por enviar a tu Hijo y por ser tan compasivo conmigo día tras día. Ayúdame a ser más misericordioso con los demás. Amén.

Día 4Día 6

Acerca de este Plan

Regocíjate- Celebrando El Tiempo De Adviento

¿Te has preguntado alguna vez por qué nos alegramos y entonamos tantos cánticos durante el Adviento? Todos sabemos por qué cantamos en Navidad. ¡Dios mismo se nos ha acercado! Dejando el cielo, vino a nuestro mundo perdido por amor a nosotros. Los primeros cantos sobre el nacimiento de nuestro Salvador se recogen en el Evangelio de Lucas y fueron entonados por judíos del siglo I: María, Zacarías, Simeón; así como un impresionante coro angélico, cuyo sonido debió de ser de otro mundo.

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