PERLAS DIARIAS DE GRACIA - Semana 7Muestra

DÍA 6 - El quebrantamiento es la puerta a la fecundidad

Salmo 51:1-19

Hebreos 5:7-10

Juan 12:20-26

Salmo 131:1-3

Juan 15:1-2

«Si no está roto, no lo arregles». Ese adagio puede ser un gran consejo si estás haciendo malabarismos con cien prioridades contrapuestas en el trabajo.

Pero cuando se trata de ser fructífero, descubrimos otra característica contraintuitiva de la gracia de Dios. Como descubrió David, el rey de Israel, un corazón quebrantado y arrepentido, un espíritu quebrantado, es la puerta de entrada para fructificar (Salmo 51).

Cuando se trata del corazón, es al revés: no se arregla hasta que se rompe.

Nadie quiere que le rompan. Duele. Es doloroso. Tu quebrantamiento puede estar relacionado con la salud o las finanzas. Puede provenir de tu iglesia o de tu familia. Si has experimentado una temporada de quebrantamiento, puede que hayas descubierto que no todo el dolor es dañino.

Perseverando a través de una temporada de intenso conflicto en Uganda, incluyendo amenazas genuinas a nuestras vidas, me di cuenta de cómo Dios usa nuestro quebrantamiento. Estaba al borde de la desesperación y descubrí que era el mejor lugar para estar. Su poder permanece sobre mí en mis debilidades. Nos sacó adelante y vimos cómo prevalecía el fruto de la justicia.

Jesús mismo aprendió obediencia a través de todo lo que sufrió (Hebreos 5:8). La semana antes de ir a la cruz, Jesús se comparó a sí mismo con una semilla de trigo que tenía que morir para producir mucho fruto (Juan 12:24).

Del mismo modo, cada rama que da fruto se poda para que pueda dar más fruto. La poda regular ayuda a las plantas a desarrollar raíces más sanas, a crecer más robustas y a combatir las enfermedades.

Por duro que parezca, perseverar en una temporada de quebranto, en la que no tenemos más remedio que depender totalmente de Dios, puede ser justo lo que necesitamos para dar más fruto.

Que te rompan o te poden es doloroso. Se siente feo en el momento. Pero conduce a una mayor fecundidad.

Pausa para reflexionar:

Habiendo experimentado un corazón quebrantado y arrepentido, David renunció a su orgullo y declaró su contentamiento, invitando a otros a hacer lo mismo (Salmo 131). Charles Spurgeon lo describió como uno de los Salmos más cortos de leer, pero el más largo de aprender. ¿Qué temporada de quebrantamiento ha sido una puerta de entrada a un mayor fruto en tu vida? ¿En qué estás llamado a perseverar ahora mismo?

Oremos:

Señor, elijo confiar en ti en la temporada en la que me encuentro ahora mismo. Ya sea una temporada de abundancia o de quebranto, elijo obedecerte y someterme a tu voluntad, porque tu gracia es suficiente.