Actitudes De Los Ciudadanos Del ReinoMuestra

¡NO SUBESTIMES A NADIE!

IDEAS BÁSICAS

• Los fariseos tenían una actitud despectiva hacia la gente corriente, a la que consideraban pecadora. También tenían esta actitud hacia Jesús, a quien despreciaban.

• La parábola del rico y el pobre Lázaro pretende transmitir que la actitud de no despreciar a nadie es tan necesaria que, si alguien carece de ella, es probable que pierda la salvación y acabe en el infierno.

• Después de la muerte, el alma sólo puede ir a uno de dos lugares eternos: el Cielo o el Infierno. La decisión sobre la eternidad se toma ahora, durante la vida en esta tierra, y nada puede cambiar después de la muerte.

• La ignorancia del más allá se pagará demasiado cara como para no pensar en ti mismo y en tus seres queridos durante tu estancia aquí en la Tierra.

Jesús aprovecha la ocasión de la presencia de los orgullosos y despectivos fariseos para transmitir el hecho de que en Su Reino es necesario que Sus seguidores no desprecien a nadie. Las apariencias externas no son relevantes para entender lo que hay en el corazón de un hombre, y Dios mira el corazón, no lo que el hombre ve, y cada uno será evaluado así. En su arrogancia, el hombre rico tuvo una actitud despectiva hacia el pobre Lázaro, el amigo del perro, que estaba a su puerta. Esta actitud fue, por supuesto, generada por el orgullo y la despreocupación del hombre rico. La riqueza, la opulencia y la comodidad predisponen a tal estado. Dejado en esta condición insensible, el hombre rico termina finalmente en el infierno, sin salvación.
Jesús también nos dice que sólo hay dos lugares donde la gente irá después de la muerte: el cielo y el infierno. La muerte no tiene en cuenta la posición social o la riqueza de cada uno, pero cuando llegue su hora, todos los nacidos en esta tierra morirán. Entonces, la decisión de dónde pasaremos la eternidad se toma mientras vivimos en esta tierra. Con todas estas cosas en mente, es imperativo que dejes a un lado la ignorancia y la arrogancia y busques cuanto antes lo que hay que hacer para llegar al cielo. Puedes hacerlo ahora mismo, porque no sabes lo que te deparará el mañana. Acércate a Él con sinceridad, humildad y verdadero arrepentimiento, y Él te dará el perdón y te recibirá, por Su gracia, en Su Reino.