Actitudes De Los Ciudadanos Del ReinoMuestra

HAZ DE LA LLAMADA DE DIOS UNA PRIORIDAD

IDEAS BÁSICAS

• Jesús, invitado a la mesa, da un consejo a los presentes: para ser recompensado por Dios, haz el bien a aquellos de quienes no esperas recompensa. Ellos recibirán bien tu buena acción.

• Como siempre, aprovecha la ocasión para llamar la atención de los presentes sobre otro principio del Reino, a saber, que le demos prioridad y estemos disponibles cuando Dios nos llame.

• La falta de interés y el rechazo de Israel hacia Jesús y el Reino de los Cielos abrió una oportunidad para la recepción de los no judíos en el Reino.

• Cuando, a través del Espíritu Santo, recibimos una exhortación, un mandato o una llamada, la falta de interés, la indiferencia o la dilación son consideradas por Dios como una actitud de rechazo por nuestra parte. Él buscará y utilizará a otras personas interesadas.

Al ser invitado a una comida, Jesús da a los presentes un consejo contrario a los principios humanos generales. No busques hacer el bien a quienes se apresurarán a devolver el bien recibido. Crearás obligaciones a la gente: unos buscarán excusas para rechazarte, porque no querrán estar obligados contigo, y otros se apresurarán a devolvértelo, y perderás la recompensa de Dios. Nuestra disponibilidad y prioridad en relación con la llamada, el envío o el mensaje recibido del Espíritu Santo para nosotros. Cuando recibimos a Dios con excusas, postergación, urgencia o cualquier otra prioridad, en realidad lo tratamos con rechazo y arrogancia. El Maestro no nos pedirá que recibamos el favor de estar a Su mesa a menos que tratemos esta invitación con modestia y alegría. Seguramente Él encontrará a otros más dispuestos y disponibles que verán con buenos ojos que Él les ofrezca tal llamada. Cuando te desafíen a convertirte en ciudadano del Reino, acepta inmediatamente, pues no es seguro que la invitación se repita jamás.
El reino de los cielos es para los que se sienten cansados y agobiados por los pecados de la vida y hartos de todo lo que ofrece este mundo. Sólo ellos verán un favor en la invitación de Dios y se harán disponibles con prioridad para esta invitación celestial. Si eres uno de ellos, acércate a Jesús con sinceridad, humildad y arrepentimiento, y pasarás tu vida sentada a la mesa del Rey, una mesa que Él sabrá mantener extendida incluso ante tus adversarios.