Actitudes De Los Ciudadanos Del ReinoMuestra

GLORIFICADO POR MUERTE

IDEAS BÁSICAS

• La entrada triunfal de Jesús en Jerusalén es un momento de gran popularidad, en el que la gente le aclama a gran escala. Pero Jesús sabe que ésta no es su verdadera glorificación, y que la gente que ahora le aclama cambiará.

• Jesús habla de una exaltación por encima de los elogios y la popularidad de los hombres: una glorificación sacrificando esta vida terrena por una rica fecundidad en la vida eterna. Esta es la glorificación del mártir.

• Jesús cree que no conviene rezar para salvarse en la hora del sacrificio supremo, del grano de trigo moribundo, porque precisamente este sacrificio es indispensable para la fecundidad eterna.

La entrada de Jesús en Jerusalén montado en un burro contrasta con ese día en que las multitudes lo aclaman como rey. Y en esta ocasión, Él ejercita la humildad como característica básica del Reino. A Jesús no le interesaban las aclamaciones de la multitud, no tenía ningún deseo de afirmación terrena, sino que habla del clímax de su misión, del momento del sacrificio supremo como tiempo de su verdadera glorificación. Los seguidores de Jesús, siguiendo Su ejemplo, se abstienen de la glorificación mundana y cultivan la actitud de la glorificación celestial aceptando el sacrificio de sus vidas por el objetivo último de fructificar en el Reino de Dios . El camino de Cristo se llama “el camino de la cruz” o el camino del sacrificio supremo. El objetivo del cristiano no es conservar su vida para este mundo, ganándose la alabanza barata y efímera de los hombres, sino conservarla para la vida eterna. No todos los cristianos llegarán a ser mártires, pero todos los verdaderos cristianos se dejan crucificar con Jesús en su vida cotidiana, cultivan la actitud del supremo sacrificio y están siempre disponibles para ello si es necesario. Por eso, la oración de los verdaderos seguidores de Cristo ante los desafíos de esta vida no será la oración del “grano que permanece solo, conservando su vida”, sino la oración del “grano que muere para dar mucho fruto”. Rezan diciendo: “¡El propósito de mi vida es que Dios sea glorificado, y quiero que Él sea glorificado ya sea por mi vida o por mi muerte!”.

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