Actitudes De Los Ciudadanos Del ReinoMuestra

CULTIVAR LA GRATITUD

IDEAS BÁSICAS

• Esta parábola, al igual que la curación de los leprosos, pone ante los discípulos la actitud de gratitud que Dios espera que cultivemos en relación con el servicio o las bendiciones que hemos recibido.

• Nuestro servicio concienzudo no debe llevarnos a presumir de hacer reclamaciones ante Dios. Él es un buen Maestro que nos tratará con fidelidad.

• Lo que marca la diferencia para el leproso samaritano es que no creía que la curación que recibía le correspondiera. Comprendió que era un don, por el que debía estar agradecido.

Jesús sabía que, al servir a Dios, las personas sienten la tentación de considerarse buenas y merecedoras, por lo que consideran que Dios está en deuda con ellas, y de este modo están dispuestas a hacer todo tipo de reclamaciones para ser tratadas “como es debido”. Es cierto que quienes se comparan con quienes les rodean pueden encontrar argumentos para creer que tienen más méritos que los demás, pero quienes se comparan con Jesús nunca harán reclamaciones; al contrario, serán constantemente conscientes de que aún tienen mucho que resolver en sus vidas. El milagro de la curación de los diez leprosos muestra también el disgusto de Jesús con la actitud de los nueve, que no consideraron que debían expresar su gratitud a Dios y darle gracias por semejante milagro en sus vidas. Antes de apresurarnos a acusar a estos nueve ingratos, deberíamos reflexionar sobre nuestra actitud ante la salvación recibida por gracia, un don de Jesús. El pecado se asemeja a la lepra, pero por gracia hemos sido salvados, mediante el sacrificio supremo que Jesús aportó en la cruz. La actitud agradecida del corazón es una de las pruebas de que estamos en el Reino. Es posible que la proporción del diez por ciento presentada aquí por Jesús defina la actitud agradecida hacia Dios también para los cristianos contemporáneos.
¿Cuándo fue la última vez que agradeciste a Dios el don de la salvación que recibiste de Él? Por desgracia, las oraciones de la mayoría de la gente no son más que constantes peticiones de una cosa u otra a Dios, mientras que la acción de gracias es cada vez más rara. Nunca deberíamos olvidar cuánto nos ha perdonado Dios, y nuestras oraciones deberían ser de acción de gracias, porque Dios sabe lo que necesitamos antes de que se lo pidamos. Intenta al menos en el futuro, con tu actitud de gratitud, incluirte entre los que vuelven a darle gracias en la adoración. ¡Qué hermosa actitud!