¿Qué Hago Con La Confusión?Muestra

Dios provee orden, convicción y sobriedad a nuestra mente para vivir con sabiduría.

Si Dios nos dice que pidamos de su sabiduría, no es solo porque nos la puede dar, sino porque será una manera de enseñarnos lo que Él hará en nosotras. David está clamando a Dios por su perdón, su confusión y angustia que provenían de haber cometido adulterio; sus sentimientos de vergüenza y el haber fallado le tienden una trampa por sentirse tan abrumado, pero no lo suficiente para no recordar la verdad de quién es el Señor: un Dios que perdona.

Mientras él calló, su cuerpo se consumió (v.3), pero al confesar su pecado no hubo más confusión, por eso exclamó que es ¡bienaventurado aquel cuya transgresión es perdonada y a quien Dios no culpa de iniquidad! (vv.1-2). David no se inquietó por su reputación o el qué dirán, tampoco se preocupó si Dios ya no lo aceptaría, Él clamó a Dios como su hijo porque sabía que encontraría perdón.

A veces, nuestra confusión es derivada de un pecado no confesado y de solo imaginar lo que otros pensarán, nos inundan los pensamientos de culpa y de vergüenza que nos dejan inmóviles y petrificadas. Pero no debe ser así: las hijas de Dios ya hemos sido cubiertas por la justicia de Cristo y podemos acercarnos a Dios y encontrar perdón. Además de ello, Él nos enseñará y guiará a través de la oración y la lectura de la Palabra hacia dónde es que debemos ir.

No seamos como el caballo o el mulo que no tienen entendimiento (v.9), confiemos en el Señor y encontraremos regocijo en Él (v.11). Confiemos en su Palabra que conocemos y se ha albergado en nuestro corazón; es importante que permanezcamos en ella para que, cuando vengan momentos de confusión, poseamos verdades que recordarle a nuestras almas.

• Aprende: ¿Qué hace Dios con nuestra confusión?
• Vive: Medita en aquel tiempo de confusión reciente y escribe cómo puedes apoyarte en el Salmo 32 para traer orden a tu vida.
• Lidera: Pídele a una amiga o al grupo con el que te reúnes, que escriban en una hoja dos columnas: la primera será para escribir aquello que trae confusión a sus vidas, y la segunda columna será para llenarlo con la promesa o dirección de Dios.
  Guíalas a orar y meditar en versículos que has preparado de antemano y compártelos con ellas.

Oración

Mi Señor, gracias por tu amorosa Palabra, gracias por tu valiosa sabiduría y el sacrificio de Cristo para perdonarme. Perdona nuestro pecado que ha traído confusión, ayúdame a hacer tu voluntad confiando que hacer el bien es el mejor lugar para el orden de mis pensamientos. Ayúdame, Señor. En Cristo. Amén.