Amor VerdaderoMuestra

Amor verdadero

Hablar del amor verdadero implica reconocer quién es su fuente; de dónde surge, cuál es su origen. No podemos hablar del amor basándonos en teorías filosóficas y netamente humanísticas; y tampoco, intentar explicar el amor a partir del emocionalismo o sentimentalismo que pueda surgir de nuestro engañoso corazón. Para abordar la profundidad de la sabiduría que contiene el amor, debemos remitirnos al conocimiento de Quien que nos ha revelado su significado; obviamente me refiero a Dios, quien en su gran bondad nos demostró su amor a través de su Hijo Jesucristo. No hay nadie que pueda superar la fidelidad, lealtad y pureza del amor que nos ha ofrecido.

El capítulo 13 de la 1ra. carta a los Corintios, describe sabiamente lo que significa el amor. La continuidad que contiene este apartado Escritural hace también referencia al capítulo anterior, donde se habla de los "dones espirituales" y lo emocionante, es que 1ra. de Corintios 13, en su inicio, nos exhorta a dirigirnos a la fuente y al propósito de haber recibido los dones, señalando el amor como el origen y la meta principal de todo cuanto se nos ha otorgado sin merecerlo para honra de nuestro Dios Eterno.

Por causa del amor que Dios nos demostró a través del sacrificio de su Hijo Jesús, y por el mismo amor que Jesús nos demostró al obedecer al Padre; pudimos recibir el don del Espíritu, y con Él, diferentes dones que ha determinado que usemos según los propósitos que quiere cumplir en nosotros, y, a través de nosotros para manifestación de la gloria de su Nombre.

Dios es la fuente del amor verdadero, fundamento principal del servicio que ejercemos para honra de su Nombre en Cristo Jesús. Sin amor, los dones pierden valor y propósito, sin amor sería inútil servir. Sería en vano hacer uso de los dones sin el propósito esencial de manifestar el amor de Dios, testificado en Jesús a través del servicio. De nada serviría recibir los dones por más extraordinarios que sean, si no tenemos y ejercemos amor; el amor verdadero que solo proviene de Dios y que valida el uso y propósito de los dones para honra de su Nombre.

El amor verdadero solo se puede entender a partir del sacrificio que ofreció el Padre cuando entregó a su Hijo Jesús, para que muriera en nuestro lugar; y de la obediencia que Jesús ejerció en sacrificio hacia el Padre, sin que lo mereciéramos. No podemos hablar del amor sin tener en cuenta el sacrificio de Jesús; es imposible comprender el amor, sin haberlo experimentado primero a través de la redención que recibimos por gracia y por fe en Él.

El amor verdadero no es meramente un sentimiento o una emoción almática; fuimos amados a precio de muerte, a través del sacrificio del Hijo de Dios; quien murió para perdonarnos, para reconciliarnos con Dios, para salvarnos y darnos vida eterna. No hay quien pueda superar el amor que se nos ha demostrado a través de Él; y es solo a partir de su amor, de su sacrificio y de su resurrección, que podemos amar verdaderamente a los demás.