La VidEjemplo

Crecer en Jesús y en la Iglesia

Imagina una vid. La vid está profundamente arraigada y es fuerte, y en sus ramas hay innumerables racimos de uvas. Cada racimo es un grupo de uvas sanas, moradas e individuales. Si se arranca un racimo de la vid, todo el racimo muere. Si se separa una sola uva del racimo, ésta también pierde su conexión individual y comunitaria con la vid y muere.

En Juan 15:3-8, Jesús utiliza una metáfora de la vid para dar una imagen física de la realidad espiritual. Puesto que estás diseñado para tener una relación con Él, Él sabe que es crucial que permanezcas conectado a Él. Él llama a esto "permanecer", que significa quedarse y ser fiel. Así como la uva se marchitará y morirá sin una conexión constante con la vid, tú también te marchitarás espiritualmente si no permaneces fiel a Cristo. Jesús es un modelo de esta conexión en Su relación con el Padre. Se dedicó a la oración (Marcos 1:35) y a toda la Escritura (Mateo 4:1-20).

En segundo lugar, estás diseñado para crecer junto con un grupo, un grupo de otros creyentes. Mira de nuevo Hechos 2:41-47. A medida que la gente se arrepentía del pecado y ponía su fe en Cristo, inmediatamente formaban grupos en los que se dedicaban a ritmos orientados a la vida comunitaria y a abordar el quebrantamiento del mundo. Para aquellos primeros seguidores, estos grupos no eran opcionales, sino vivificantes. Habiendo dejado atrás su vida pecaminosa, sabían que la única manera de prosperar en su nueva fe era dedicarse los unos a los otros y a la vida que Jesús modeló.

Tómate un momento para pensar dónde estás ahora. Quizás hace poco que has puesto tu fe en Jesús y te estás preguntando cómo es la vida en la vid. O tal vez creíste en Jesús hace tiempo, y te has centrado en tu relación personal con Cristo, excluyendo el crecimiento en un grupo de creyentes. O al revés. Cualquiera que sea tu historia, acepta la invitación de Cristo a permanecer en Él. Dedícate a un grupo de creyentes: la iglesia. Es la única manera de florecer.

Oración

"Dios, creo que Tú deseas una relación personal conmigo. Enséñame lo que significa permanecer en Ti. Dame el deseo de hablar contigo y de leer Tu Palabra, que Tú pensaste para mí. Ayúdame a dar los primeros pasos para dedicarme a un grupo de creyentes. Amén".

Explora a tu ritmo

La próxima vez veremos el siguiente paso de fe para los seguidores de Cristo, y por qué es importante. Si quieres seguir leyendo, lee Romanos 6:1-7 y 1 Corintios 12:12-13. Pregúntate: "¿Qué me enseña esto sobre Jesús y/o Dios?"y "¿Qué me enseña esto sobre las personas y/o sobre mí mismo?".