Quiero Dejar El OdioMuestra

EL MUNDO NO CONOCE A DIOS, POR ESO, EL ODIO NO LE PERMITE VER SU MISERICORDIA. OREMOS POR EL MUNDO.

Es verdad que no solo seremos perseguidos por representar a Cristo, sino también porque deseamos hacer su voluntad que se contrapone a la voluntad de este mundo. También es verdad que el mundo está lleno de odio porque no conoce a nuestro Dios de amor. ¿Cómo respondemos ante tal ceguera espiritual?, ¿nos lo tomamos personal?, ¿le devolvemos el odio?, ¿lo maldecimos?, ¿nos burlamos?, ¿le deseamos algo peor? No. Si somos personas rescatadas de las tinieblas, sabemos que la luz es el mejor lugar para estar, en consecuencia, eso queremos para otros.

David dice en Salmos 109:3-5:

«Me han rodeado también con palabras de odio,

Y sin causa han luchado contra mí.

En pago de mi amor, obran como mis acusadores,

Pero yo oro.

Así me han pagado mal por bien,

Y odio por mi amor.»

El odio no es personal, aunque se siente así. La razón de su odio es por la Persona a la que representamos. La ira de Dios está sobre los impíos todos los días, es suficiente pago por sus acciones, nosotras estamos llamadas a perseverar, a ser luz y a persistir en medio de la prueba que muchas veces viene a través de los que aborrecen a Dios o se burlan de Él. Lo podemos hacer porque Dios todavía está dando tiempo para que otros se arrepientan, y quizás tu forma de responder es la acción que Dios usará para despertar el corazón del muerto (Ecl 9:1).

El juez de este mundo es Dios, pero también es el salvador. Pablo y Bernabé compartieron el evangelio y muchos creyeron, pero los judíos se enojaron y los aborrecieron de tal manera que llenaron de odio el corazón de otros para que no recibieran las mejores noticias del mundo: el evangelio (Hch 14:1-2). ¿Cuál fue la actitud de Pablo y Bernabé? La Biblia dice: «Con todo, se detuvieron allí mucho tiempo hablando valientemente, confiados en el Señor que confirmaba la palabra de Su gracia, concediendo que se hicieran señales y prodigios por medio de sus manos» (Hch 14:3). Se saben confiados en el Señor para descansar y esperar en Él. Vale la pena sufrir el odio del mundo para que Dios salve a otros, así como nos salvó a nosotras. Al final, este mundo no es el nuestro.

• Aprende: ¿Cómo respondes al odio del mundo? ¿Cómo lo usa Dios?
• Vive: ¿Qué enseñó Jesús sobre el odio? Responde leyendo Mateo 5:21-26. ¿Cómo puedes contrastar tu actitud al mundo con esta enseñanza? Lleva tu corazón a Dios para que te ayude a amar en vez de odiar.
• Lidera: Escribe el nombre de una persona que sabes que aborrece a Dios, empieza a orar por esta persona, y si puedes hacerle algún bien, hazlo.

Oración

Señor, te damos gracias por salvarnos y no dejarnos bajo tu ira. Gracias porque Jesús tomó nuestro lugar en la cruz, y por ello, queremos vivir para ti y representarte con honor y valentía. Oramos para que muchos te conozcan, oramos por los que hoy te aborrecen debido al dolor, la enfermedad o la pérdida, para que puedan encontrar en ti refugio y consuelo como jamás lo han conocido. Oramos por los que no te conocen. Amén.