Crecimiento y estabilidad

Cuando llegues a la quinta fase de tu relación, empiezas a experimentar una renovación en tu relación mientras trabajan juntos para ayudarse mutuamente a alcanzar su potencial. Llegar a esta fase es el resultado de finalmente reconocer todas las formas en que ambos sabotearon la relación y decidir dejar de hacer las cosas a tu propia manera. Gracias a Dios, tus fracasos pasados no tienen por qué dictar tu felicidad futura. Dios puede usar tus fracasos del pasado para construir nuevos futuros.

El mayor peligro de esta fase es el resentimiento por el daño causado en las fases anteriores de la relación. Las ofensas pueden acumularse. Es tentador llevar un registro de puntaje de las heridas pasadas, viejas conversaciones y palabras hirientes del pasado. Pero en una relación centrada en Dios, no se trata de llevar la cuenta, sino de perderla. Nuestra Escritura en Eclesiastés dice: “No prestes atención a todo lo que se dice…”. Esto significa que la elección de llevar la cuenta es tuya. Puedes llevar la cuenta de cada manera en la que tu esposo te ha ofendido y cada palabra hablada que te hirió, o puedes elegir liberar y perdonar, siguiendo el ejemplo de Jesús. Mientras moría por todos los que le ofendían, ¡Él suplico el perdón de Dios en nombre de ellos!

ROMPE LA LISTA de resentimientos si es que quieres experimentar resurrección en tu relación. Perdona, libera y deja ir para avanzar a la sexta fase.