¿Contradicciones o complementos?Muestra
«Acción divina y acción humana, don y tarea»
El reino se recibe como un regalo de Dios, pero se vive como una tarea de Dios, que nosotros debemos llevar a cabo por medio de la cooperación humana. No existe dificultad alguna en ver el reino como un regalo de la gracia de Dios, quien viene con un amor incondicional en busca de la humanidad a ofrecer la salvación a sus escogidos. Dios está viniendo hacia nosotros con un amor incondicional. Él busca la comunión y la intimidad.
Aunque el reino, una vez acogido, se convierte en tarea de cada uno de sus elegidos y requiere de todas sus capacidades. Debemos evitar el riesgo de ver la completa venida del reino sin colaboración humana alguna. Ésta es una tentación perenne en muchos tratados sobre el reino de Dios.
La gratuidad del reino no debería conducirnos a considerarnos como objetos meramente pasivos. En última instancia, el reino de Dios es una relación personal entre Dios y los seres humanos. Cualquier relación humana es siempre recíproca, va en ambas direcciones. Se nos desafía a generar una respuesta y, a través de esta respuesta, el reino se convierte en una realidad concreta entre nosotros.
Muchos creyentes quieren irse del mundo cuando Dios quiere dejarlos en el mundo, pues nosotros no somos del mundo pero si somos para el mundo. Nuestro compromiso en esta tarea, hacer que la esperanza del reino se torne real; puede darse sin ilusión alguna porque sabemos, por la fe, que ningún programa humano por sí mismo, nos introducirá en el «éschaton» o final.
La tarea puede también llevarse sin caer finalmente en la desesperación, porque creemos que, independientemente de la magnitud que alcance el horror que el hombre haya creado, Dios permanece fiel a su propósito y traerá el reino eterno que ya nos ha puesto al alcance en la persona y obra de su Hijo.
La Escritura nos brinda un modo único de mirar el reino como regalo y tarea. Nos presenta el reino como estableciendo principalmente una relación filial con Dios. Estamos orientados verticalmente hacia Dios y de este modo, somos hijos suyos. De esta orientación vertical se deduce la relación horizontal que nos hace hermanos. Ambas son esenciales, de igual y primordial importancia.
Estos dos aspectos hacen que sea posible hablar del reino como un regalo a la vez que como una tarea. En la llamada a la filiación divina, el reino de Dios es fundamentalmente un auténtico regalo de Dios, pero es un regalo que conlleva necesariamente la tarea de crear una auténtica comunidad de hijos engendrados del mismo Padre. Es el aspecto del reino como regalo, el que requiere de nosotros la tarea a modo de respuesta.
Escrituras
Acerca de este Plan
Un examen minucioso del mensaje de Jesús sobre el reino, nos revela una serie de puntos de tensión o polaridades que son esenciales, y necesitamos entender. La diferente visión de la salvación, de la iglesia y su misión, depende en última instancia de, cómo uno acepte o rechace estas posiciones, las cuales no son, necesariamente excluyentes sino mutuamente complementarias. Por eso presentamos este plan de 7 días, para fundamentar conceptos necesarios.
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Nos gustaría agradecer a por Basilio Patiño en colaboración con El Centro Network por facilitarnos este plan. Para obtener más información, por favor visítenos en: www.redrema.org www.elcentronetwork.com