LA PRESENCIA DE DIOS: Nuestro HogarMuestra

LA PROMESA DE CRISTO: SU PRESENCIA ETERNA

El rey David, quizás por tener un corazón conforme al de Dios, pudo comprender la realidad de la presencia de Dios, y lo expresó de la siguiente manera: “¿A dónde me iré de tu Espíritu? ¿Y a dónde huiré de tu presencia? Si subiere a los cielos, allí estás tú; Y si en el Seol hiciere mi estrado, he aquí, allí tú estás. Si tomare las alas del alba Y habitare en el extremo del mar, Aun allí me guiará tu mano, Y me asirá tu diestra. Si dijere: Ciertamente las tinieblas me encubrirán; Aun la noche resplandecerá alrededor de mí” (Salmo 139:7-12).

Jesucristo, Dios con nosotros, teniendo presente lo que significaría para sus discípulos su ausencia temporal de la tierra, mediante una promesa les brindó una garantía de que nunca se separaría de ellos: “… he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén” (Mateo 28:20).

El autor Leslie Ramírez traduce la promesa de Dios en términos de la vida diaria al expresar lo siguiente: “Cuando estés en la cima, Dios estará contigo. Cuando camines por el valle de sombra, Dios estará contigo. Cuando todos te amen y estén a tu alrededor, Dios estará contigo, y cuando parezca que el mundo te dio la espalda, Dios seguirá contigo. Recuerda: “Si todo lo que tienes es Dios, eso es todo lo que necesitas”. Por su parte, Mike Novotny describe la promesa de la siguiente forma: “Esa promesa te hará asentir con un “amén” sin emociones a menos que recuerdes quién es Jesús. Más fiel que el mejor cónyuge. Más creativo que los mejores artistas. Más hermoso que un niño recién nacido. Más consolador que un amigo de toda la vida. Jesús es mejor que todos ellos. Y, debido a que está lleno de gracia y perdón, Jesús está contigo siempre”.

Dios, en la persona del Espíritu Santo, promete acompañarnos durante toda nuestra vida, independientemente del lugar, las circunstancias y las luchas en que vivamos.

El Apóstol Pablo, por medio de la revelación del Espíritu Santo, lo explica en uno de los mensajes más hermosos que podemos encontrar en la Palabra de Dios: “Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro” (Romanos 8:38-39).

John Eldredge, con su especial forma de exponer las verdades bíblicas, lo describe así: “Dios nos rodea; nadamos en Dios como nadamos en oxígeno. Él está a tu lado en este mismo momento, mientras lees esta frase. A pesar de esta realidad, y qué maravillosa realidad es, no siempre lo sentimos cerca; no tienen una experiencia constante de su presencia (algunas personas rara vez experimentan su presencia). Puede ser tan desalentador; Odio esa montaña rusa. Pero no creo que entendamos lo que está pasando. Creemos que Dios se nos presenta o no, según algunas reglas del juego espiritual de las que no estamos del todo seguros. Así que pasamos nuestros días esperando la próxima aparición, como personas que perdieron el tren de las 5:15 y están dando vueltas hasta que llega otro. Como observadores de estrellas esperando la próxima estrella fugaz. Sin embargo, Dios siempre está aquí, no solo a nuestro alrededor sino dentro de nosotros”.

Adoptemos el consejo de Max Lucado: “Haz de la presencia de Dios tu pasión”. Más Vida México lo expresa así: “… ningún programa de entretenimiento, película o show puede compararse al asombro que encontramos en la gloriosa presencia de Dios. Dejémonos cautivar por la presencia de Dios como hacen estos seres angelicales, acerquémonos y pidamos ser fascinados cada día más con la gloria de Dios”.

Oración: Padre, hoy queremos hacer nuestra la oración de David: “No me eches de delante de ti, Y no quites de mí tu santo Espíritu” (Salmo 51:11). Tu presencia divina es la que nos otorga la vida. Ayúdanos a comprender lo que representa que Tú vivas en nosotros, y que, al comprenderlo, podamos cultivar y disfrutar tu presencia. No somos nada sin Ti. Amén.