LA PRESENCIA DE DIOS: Nuestro HogarMuestra

FUIMOS CREADOS PARA VIVIR EN LA PRESENCIA DE DIOS

El plan de Dios para el hombre siempre ha sido que él disfrute de su presencia.

Cuando Dios creó el universo dispuso de un lugar especial en el cual compartiría con el hombre: El Edén (Génesis 2: 8, 15). Era un lugar creado especialmente para que el hombre disfrutara de su presencia, ya que Dios se paseada en dicho lugar y se comunicaba con él (Génesis 3:8). El hombre, Adán, y posteriormente la mujer, Eva, disfrutaban a plenitud de la presencia de Dios.

En palabras de Myles Monroe, Adán y Eva vivían en un estado continuo de adoración con Dios: “La adoración perfecta consiste en vivir continuamente en la presencia de Dios y disfrutar de la comunión continua con el Señor … Dios nos creó para que tengamos intimidad con Él. Eso es lo que es adoración: una relación íntima y continua con Dios”.

Debido a las consecuencias del pecado, nos cuesta imaginarnos lo que significó para Adán y Eva vivir a plenitud en la presencia de Dios. Pienso que la mejor forma de definir lo qué significaba es: VIDA. Jesús dijo: “… Yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia” (Juan 10:10).

La mejor definición de lo que puede considerarse VIDA nos la proporciona Anne Graham Lotz: “Lo que he necesitado es un compañero que camine conmigo, alguien que esté a mi lado y comparta día tras días cada paso de mi camino. Alguien con quien pueda discutir los asuntos que tengo en mente y que responda mis preguntas. Alguien que me ayude a tomar decisiones, que escuche mis quejas, mis miedos, mis preocupaciones y mis sueños. Alguien en quien pueda confiar y creer, con quien pueda disfrutar. alguien cuya sola presencia me dé gozo y paz. Alguien que me conozca, me entienda y me ame. … Sorpresivamente, como una hija de Dios, no tuve que buscar a mi alrededor para hallarlo, solo tuve que buscar en mi interior, porque Dios me ha dado el mejor compañero para la vida: su Espíritu. Y no solo para la vida, ¡sino para siempre!".

VIDA significa la presencia de Dios en nuestro ser. Como nos dice Stormie Omartian: “El mayor regalo que tenemos es la presencia de Dios. Eso lo cambia todo en nuestra vida. Cambia nuestro corazón, nuestra mente, nuestra actitud y hasta nuestras circunstancias”.