Abrazando la paternidad de DiosMuestra
FIEL PATERNIDAD
TE LO PROMETO
Mientras estaba en un restaurante, escuché la voz de una niña. Lo que dijo llamó mi atención dentro de todos los bullicios que se escuchaban. Aquella niña estaba teniendo una conversación con su papá en la que le dijo: ”¿Me lo prometes?”. La niña quería que su papá la llevara a algún lugar y su papá le dijo que sí lo haría; a lo que ella le respondió: "¿ME LO PROMETES?”.
En ese momento, supe que Dios quería que escribiera sobre Su paternidad.
Dios me dijo: "A diferencia del hombre, YO SOY un Padre que cumple sus promesas".
Seguramente, has recordado alguna promesa que tu papá o alguien más te hizo cuando eras niña/o , y que luego no cumplió, promesas simples y quizás insignificantes como ir al cine, al parque o comprarte algo.
Quizás, no solamente tus padres fallaron al cumplir sus promesas, sino que también otras personas lo hicieron. Quizás ahora las promesas que no te cumplieron ya no son tan insignificantes como lo eran cuando eras niña/o y ahora duelen en el alma.
Quizás las traiciones, las infidelidades, los abandonos y las desilusiones han quebrantado tu corazón, tanto que se te ha hecho difícil confiar no solamente en las personas, sino en Dios.
La maravillosa noticia es que en verdad Dios quiere sanarte. Él quiere sanar tu corazón a fin de que tengas un corazón confiado en Él y en Sus promesas, un corazón que no dude de Él, que no tenga miedo a ser abandonado/a ni traicionado/a o engañado/a, pues Él nunca te abandonará; Él es Fiel y Verdadero.
Quizás el hombre nos ha dado una y mil razones para desconfiar pues han fallado, han dicho y no han hecho, y nosotros también hemos fallado, pero así mismo Dios nos ha dado una y mil razones para confiar en Él. Así como Dios les dio incontables muestras de Su fidelidad a Israel, Dios te ha dado incontables muestras de Su fidelidad.
Él es un Dios que no miente, un Padre perfecto, que dice y hace, que dice y cumple.
Dios es digno de nuestra confianza eterna.
Si Dios nunca ha fallado y la Biblia tiene innumerables historias de ello y hay testimonios de Su fidelidad, entonces ¿por qué llegamos a desconfiar o dudar de Él?
Dios permanece fiel a pesar de nuestra infidelidad. Siempre que pienso en ello, recuerdo a Abraham y Sara. A pesar de que Sara se rió al recibir la promesa de parte de Dios cuando le dijo que tendría un hijo, Dios permaneció fiel a Su promesa. Él no cambió de parecer al escuchar reír a Sara. A pesar de la incredulidad de ella, Él permaneció fiel. Imagina esta escena. La verdad es que no estamos muy lejos de ello. ¿Cuántas veces Dios nos ha dicho algo y hemos respondido con incredulidad? Tal vez, nos ha prometido algo y hemos dicho: “Ay sí, seguramente, ajá, claro” y nos hemos reído como lo hizo Sara.
La buena noticia es que las promesas de Dios están basadas en Su persona, en Su carácter, en Su bondad, gracia y amor. Él no puede negar quien es. Dios no tiene fidelidad, Él es la fidelidad; Él es Fiel.
Su fidelidad no está condicionada, hoy repite esto y grábalo en tu corazón: “Tu fidelidad hacia mí no está condicionada porque tu amor y tu bondad hacia mi vida tampoco lo están”.
El amor de Dios y Su fidelidad a ti es como un pacto de amor eterno porque Él es Eterno. Él es tu Padre Eterno. En Su pacto promete amarte, serte fiel, jamás dejarte y nunca abandonarte, sino siempre estar contigo.
Sus promesas son un "Sí" y "AMÉN". ¿Lo crees? ¡AMÉN!
Acerca de este Plan
¿Qué cambio crees que tendrían nuestras vidas si cada día abrazáramos la paternidad de Dios? ¿Qué impacto tiene en nosotros creer en el amor de Dios como Padre? Hay una gloriosa libertad que experimentamos al abrazar Su paternidad: el temor es echado fuera y la inseguridad se hace trizas. ¿Habría algo de qué preocuparnos? Es momento de creer y vivir de acuerdo a estas verdades.
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Nos gustaría agradecer a Fátima Meza por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://linktr.ee/soyfatimaa