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Abrazando la paternidad de Dios

DÍA 9 DE 9

EL CORAZÓN DEL PADRE

"HIJA MÍA, HIJO MÍO, ME COMPLACES"

Desde pequeña, tuve ese deseo de ser aprobada (en realidad creo que todos luchamos contra esto). Desconozco la razón. Aunque no me sentía rechazada, saber y reafirmar una y otra vez la aceptación de los demás aumentaba mi orgullo. Mi búsqueda de aprobación comenzó especialmente con mi padre terrenal. Creo que por eso siempre fui muy “intensa” y aplicada en la escuela. Intentaba sorprender a mi papá con mis esfuerzos. Yo creía que con mis esfuerzos, obteniendo las mejores calificaciones en los exámenes, por ejemplo, recibiría más aprobación. Mi mente pensaba que él se sentiría más satisfecho y orgulloso de mí. Esa era mi meta. Así que, cuando mis calificaciones eran altas, quería que él lo supiera. Era algo como: "Mira, papá, lo que logré".

Hace poco, me di cuenta de que mi relación con Papá Dios estaba siendo de esta forma. A veces, me he encontrado en el error de pensar que debo hacer algo para ganarme Su favor y Su aprobación; intento agradarle con mis propios esfuerzos y obras.

A veces, caigo en el error de creer que mis obras me acercarán más a Él e incluso caigo en la comparación.

¿Te sientes identificado/a conmigo?

Sin embargo, cuando abrazamos Su paternidad, escuchamos a Papá Dios decir:

“Hija/o mía/o, complaces mi corazón. Deja de intentar ganar mi aprobación y mi favor, ya lo tienes. Yo no busco una gran ejecución o un gran trabajo. No hay nada que hagas que cambie mi amor por ti. Tus obras no me impresionan, tus obras no me atraen; yo deseo tu corazón. Ven a descansar, descansa en mi gracia, en mi amor. Eres mi hija/o amada/o, en quien tengo complacencia”.

Quizás has sido como el hijo mayor de la parábola del hijo pródigo, un hijo lejos del corazón de su padre intentando ganarse el favor obedeciéndolo en todo, intentando ser un buen hijo, no sabiendo que intentaba ganar lo que ya tenía: el amor, la gracia y la herencia del Padre.

Me pregunto cuántos hijos e hijas de Dios se encuentran lejos de Su corazón, aun estando cerca. ¿Cuántos hijos e hijas se han perdido intentando ganarse el favor y la aprobación del Padre con sus obras y esfuerzos, olvidándose de la obra de Cristo?

Es momento de regresar a casa. Es momento de volver a los brazos de Papá Dios.

Oración: Padre, ya no quiero seguir buscando la aprobación que tú ya me has dado. Ya no quiero seguir intentando ganarme tu amor; amor, gracia y aprobación que ya tengo en Cristo. Ya no quiero ser esa niña/ese niño que busca la aprobación del hombre, de las personas ni de sus padres. Es cansado, es frustrante. Hazme libre, Abba Padre. Hazme libre de la búsqueda de aprobación. Hazme sentir tan amada/o por ti, que en Cristo yo soy tu deleite, tu gran deleite y que te agradas de mí. La verdad es que soy tu escogida/o, soy tu amada/o, soy tu hija/o, soy aceptada/o por ti.

Gracias, Abba Padre. Gracias, Dios. Gracias por tu gracia, por tu amor. Gracias por ser mi Padre.

HOY, DECIDO ABRAZAR TU PATERNIDAD Y ESTAR CERCA DE TU CORAZÓN CADA DÍA. TE AMO, ABBA PADRE. ME HAS RECIBIDO EN TUS BRAZOS. TUS BRAZOS ESTABAN EXTENDIDOS. TÚ ESPERABAS MI REGRESO, Y YO TE RESPONDO: AQUÍ ESTOY, ABBA PADRE. ME DEJO ABRAZAR POR TU ETERNA PATERNIDAD.

Día 8

Acerca de este Plan

Abrazando la paternidad de Dios

¿Qué cambio crees que tendrían nuestras vidas si cada día abrazáramos la paternidad de Dios? ¿Qué impacto tiene en nosotros creer en el amor de Dios como Padre? Hay una gloriosa libertad que experimentamos al abrazar Su paternidad: el temor es echado fuera y la inseguridad se hace trizas. ¿Habría algo de qué preocuparnos? Es momento de creer y vivir de acuerdo a estas verdades.

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Nos gustaría agradecer a Fátima Meza por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://linktr.ee/soyfatimaa