RECONCILIACIÓN

REFLEXIÓN

No solamente Dios nos ofrece reconciliación a través de Cristo, pero Dios también nos invita a ser reconciliadores para el mundo en el nombre de Cristo. Dios nos confió con este ministerio de la reconciliación y nos llama a ser embajadores, o representantes por Cristo. En un mundo tan dividido, este ministerio es un poderoso testimonio del carácter de Dios. Mientras la iglesia se esfuerza para fomentar buenas relaciones entre sus miembros, su comunidad, y a través del mundo, nuestras acciones reflejan la reconciliación iniciada por Dios.

Reconciliación es restaurar una relación o reunir una vez más a dos. La reconciliación crea un nuevo punto de inicio, una nueva oportunidad, una nueva relación.

En Radical Forgiveness (Perdón Radical), el autor Brian Zahn explica que la reconciliación no borra los errores del pasado, pero si restaura relaciones. Por ejemplo, en la historia del Hijo Pródigo, la herencia que el hijo había malgastado no podía ser restaurada, pero la relación quebrantada sí. “El pasado no puede ser borrado totalmente”, escribe. “Ningún error del pasado puede corregirse. Lo que puede suceder es reconciliación. No una reconciliación barata, pero una reconciliación valiosa basada en arrepentimiento y gracia. Esto es a lo que Dios llama justicia”.

De la misma manera compasiva que Dios nos ofrece perdón y gracia, nosotros debemos ofrecer perdón y gracia a otros. De la misma manera que Dios busca reconciliarse con nosotros, nosotros debemos reconciliarnos con otros.

Zahnd escribe, “Es el perdón solamente lo que tiene la capacidad de romper las cadenas de injusticia y darnos la posibilidad de un futuro nuevo –un futuro libre del pasado y libre de amargura. …la falta de perdón tiene una manera devastadora de eliminar nuevas posibilidades. Todo permanece atado al pasado, y la injusticia sufrida viene a ser el único evento informativo en la vida del alma amargada. Pero el escogimiento por el perdón rompe la tiranía de la injusticia y de la amargura que busca crear”.

ORACIÓN FINAL

Dios todopoderoso, en tu compasión, nos has reconciliado contigo mismo para que podamos tener una relación correcta. Gracias por tu perdón y nuevos principios. Que podamos probarnos dignos de este ministerio de la reconciliación que nos has confiado. Ayúdanos a perdonar, aun cuando sea difícil. Como embajadores de Cristo, ayúdanos a restaurar las relaciones y sosteneros de la esperanza de las cosas nuevas. Amen.

PASOS DE ACCIÓN

• ¿Tiene usted una relación quebrantada con alguien en su vida? Haga un esfuerzo de conexión. Pida y ofrezca perdón.
• Evalúe su propia perspectiva y cualquier inclinación que le impida estar verdaderamente reconciliado con aquellos que son diferentes a usted.
• Lea las historias de personas cuyas experiencias son diferentes de las suyas –historias de desplazamiento, persecución, pobreza, etc. –pida a Dios que le ayuda a verles de una manera nueva. (Encuentre historias de la obra de Dios alrededor del mundo en ncm.org/blog.)
• Construya una relación con alguien que venga de un trasfondo diferente del suyo (fe, raza, cultura, un estatus socio-económico, etc.). Haga preguntas, escuche, y compartan sus historias juntos.
• Considere una nueva clase de viaje misionero el cual evalúe la asociación y reciprocidad. Si su iglesia está en una comunidad con recursos financieros, considere hospedar a un equipo de misiones de un área sin esos recursos; en vez de gastar el dinero para viajar ustedes mismos, usen sus recursos para traer a otro equipo a su comunidad.