COMPASIÓN

REFLEXIÓN

Es fácil llegar a desalentarse, o aun, quedar paralizado, por cifras grandes. Cuidar a los 700 millones de personas que globalmente viven en extrema pobreza se escucha como una tarea imposible. Tratando de proveer comida para los 795 millones de personas en nuestro mundo que no tienen lo suficiente para comer parecería vano. Proveer refugio para los 65 millones de personas en nuestro mundo que a la fuerza han sido desplazados de sus casas parece ser una tarea inalcanzable.

Una multitud de miles debió haber parecido intimidante para los discípulos también. Preguntaron cómo sería posible alimentar a tanta gente con tan pocos recursos. Pero Jesús tenía una respuesta diferente. Jesús tuvo compasión por la multitud. Compasión significa sufrir con. En el pasaje bíblico, la compasión de Jesús es descrita como una respuesta que surge desde lo más interno. Jesús se identificó con las personas que encontró e íntimamente comprendió sus heridas. Su conexión con el sufrimiento de ellos le llevó a la acción.

En el libro Compassion (Compasión), Henri Nouwen, Donald McNeill, y Douglas Morrison lo describen de esta manera: “La compasión nos pide que vayamos a dónde hay heridas, entrar a lugares de dolor, compartir el quebrantamiento, temor, confusión, y angustia. Compasión nos desafía a clamar con aquellos en miseria, a lamentarnos con aquellos que están solos, a llorar con los que lloran. Compasión nos requiere que seamos débiles con los débiles, vulnerables con los vulnerables, y desamparados con los desamparados. Compasión significa una total inmersión en la condición del ser humano”.

Jesús fue el Dios encarnado, el Verbo hecho carne, el amor compasivo de Dios morando entre la gente. Ahora, como la iglesia somos llamados como el Cuerpo de Cristo para continuar mostrando el amor compasivo de Dios a gente quebrantada y herida en un mundo quebrantado y herido.

ORACIÓN FINAL

Dios compasivo, viniste a vivir entre tu pueblo y sufrir con nosotros en nuestro dolor. Que podamos reconocer que cuando una parte del Cuerpo sufre, todos sufren. Danos valor para responder con tu amor compasivo a cada persona que conozcamos y ser movidos a la acción cuando veamos la necesidad. Amen.

PASOS DE ACCIÓN

• Abra su hogar para compartir los alimentos con sus amigos. Invite a vecinos que quizás no conozca muy bien, o considere hospedar a una familia de refugiados que están buscando seguridad y estabilidad.
• Alcance a alguien en su comunidad que se sienta solo y agobiado –quizás una viuda o un viudo, un padre o madre soltero, o los padres de un hijo con discapacidades.
• Ore por las personas en áreas sin acceso a agua limpia ni salubridad, que Dios provea una manera para programas completos de WASH (agua, salubridad, e higiene).
• Tenga un servicio de oración en dónde eleve las necesidades locales y globales, cultivando una cultura de compasión en su iglesia. Pregunte lo qué Dios podría hacer con los recursos que usted tiene, aun cuando estos no parezcan ser suficientes.