Alcanza tus Sueños.Muestra

VIENDO LAS ESTRELLAS.

Una parte fundamental para alcanzar nuestros sueños es aprender a ver, no con nuestros ojos naturales sino con nuestros ojos espirituales. Ver más allá de nuestras circunstancias, es permitir que Dios llene nuestra imaginación para entonces poder ver hecho realidad nuestro anhelo.

Cuando Dios enseñó a Abraham a creer (porque fue Dios quien le enseñó) no solo le dijo qué haría con él, sino que lo saco de su tienda (lugar donde vivían) y le dijo: Mira las estrellas. ¿Qué relación tenían las estrellas con el anhelo de tener un hijo? En realidad, Dios solo quería que Abraham viera cuán grande es el número de estrellas y empezara a imaginar (soñar) que así de numerosos serían sus hijos.

Dios mismo llevo a Abraham a despertar su imaginación, a despertar su FE. Abraham estaba desenfocado viendo solo su realidad y no lograba imaginar la Palabra que Dios ya le había dado.

No le cuentes a Dios el reporte de tus circunstancias, imagina las promesas de Dios. Dios nos dio la imaginación porque ahí no existen límites, si puedes creer, al que cree todo le es posible.

La Biblia está llena de historias de hombres y mujeres que vieron más allá de sus ojos naturales, que pudieron imaginar el milagro de Dios en sus vidas. Pero uno que me encanta es la historia de la mujer de flujo de sangre, ella tenía doce años en una realidad muy triste, de enfermedad, y aunque había visitado a muchos médicos no le iba bien, le iba peor. Sin embargo, un día Jesús iba pasando por donde ella estaba, una multitud apretaba a Jesús, pero ella se abrió paso en medio de la multitud porque dentro de sí decía: Si tocare solamente su manto seré salva. ¡Wow!

Para que ella pudiera afirmar eso primero lo tuvo que imaginar, lo visualizó y entonces lo hizo.

Dios quiere sanar nuestra mente, nuestra imaginación, quiere que nos mantengamos enfocados. Satanás trata de que nuestro enfoque esté en todo aquello que no tenemos, o en todo aquello que es muy malo, sin embargo, Dios quiere que mantengamos nuestros ojos en Jesús, autor y consumador de nuestra fe.

Empieza a visualizar (imaginar) todo aquello que has soñado durante años, escribe tu sueño, platícale a Dios acerca de tu sueño, usa tu tablero de los sueños y llénate de la Palabra de Dios. Recuerda que cada promesa que Dios te ha dado es como una estrella que te recuerda que Dios es fiel.