Cara a Cara Con Jesús - Una Meditación Para La CuaresmaMuestra

Jesús se encontró con un escriba, uno de los "religiosos" que enseñaban la ley y eran rígidos observantes de la misma. Este escriba parecía entusiasmado con la idea de seguir a Jesús, pero no se daba cuenta del precio que suponía seguirlo. Jesús le ayuda a ver qué clase de vida sería esa: una en la que no siempre tendría un lugar donde reclinar la cabeza.

Ser discípulo es un trabajo costoso y requiere que muchas veces estemos dispuestos a poner todo lo que somos y tenemos, delante de Dios. Jesús nunca exigió la rendición de nadie, pero fue franco con sus discípulos acerca de lo que tendrían que enfrentar cuando lo siguieran. Rendirse es soltar paso a paso nuestra necesidad de control y entregarle el mando a Dios, quien cuidará de nosotros mucho mejor de lo que jamás podríamos hacerlo nosotros.

Nuestra disposición a abandonar nuestra necesidad de comodidad, lujo y abundancia por una vida de sacrificio y abnegación es lo que nos diferenciará del mundo que nos observa.

Hazte las siguientes preguntas:

¿Qué tan listo estoy para renunciar a la comodidad?

¿Qué áreas de mi vida tengo aún que rendirle a Dios?