Cara a Cara Con Jesús - Una Meditación Para La CuaresmaMuestra

Un hombre llama la atención de Jesús sobre su madre y sus hermanos, que le esperan fuera. Jesús aprovecha incluso ese sencillo momento para enseñar a los que le rodean un poco más sobre el Reino de Dios. Le dice al hombre que su madre y sus hermanos eran los que hacían la voluntad del Padre que está en los cielos (como sus discípulos). El punto que Jesús estaba haciendo era que una vez que lo seguimos poniendo nuestra fe en Él, somos adoptados en la familia de Dios. Ahora somos coherederos con Cristo (como dijo Pablo). Ahora somos hijos e hijas de Dios que pueden venir con valentía ante Él. Él ha elevado a cada creyente a un lugar de filiación que trae consigo grandes beneficios y también una gran responsabilidad. Los beneficios incluyen libre acceso y una herencia eterna por nombrar algunas de las muchas bendiciones que son nuestras en Cristo Jesús. Algunas de las responsabilidades que tenemos son permitir que el sufrimiento complete su trabajo en nosotros y ser llenos y renovados por el Espíritu Santo diariamente para que le demos gloria.

Hazte las siguientes preguntas:

¿Qué beneficios encuentro en formar parte de la familia de Dios?

¿Qué responsabilidades he evitado al ser hijo de Dios?