Éxodo: Camino a La LibertadEjemplo

El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy

Es interesante notar, que en ninguna parte del capítulo 16 se nos dice que los israelitas se hayan quedado sin alimento. El temor que les causó pensar que lo que tenían sería insuficiente fue la raíz de su angustia, su mente dio lugar a escenarios trágicos que quizá nunca llegarían a ocurrir.

Fue tal la distorsión de la realidad que les ocasionó su forma de pensar, que incluso llegaron a creer que los días en Egipto eran mejores.

¿Ya ves lo que puede provocar adelantarnos a escenarios inciertos?

No pocas veces hemos caído en desesperación, anticipándonos a situaciones que no sabemos si realmente llegarán a ocurrir. La desesperación distorsiona nuestra realidad, la cual nos lleva a la ansiedad, de la ansiedad pasamos a la queja, para finalmente intentar tomar el control, dudando de lo que Dios es capaz de hacer.

Nuevamente Dios responde con misericordia y bondad, proveyendo de forma sobrenatural con al menos dos propósitos:

I. Recordar a su pueblo que Él tiene el control.

II. Probarlos en obediencia.

Si bien es cierto: "Dios es capaz de proveer recursos que no sabíamos que existían", él nunca nos exime de hacer lo que nos corresponde. A los Israelitas les tocaba salir todos los días a buscar su ración.

El capítulo 16 nos recuerda que, de la misma manera en que lo hizo con Israel, a través de Cristo (nuestro pan de vida), Dios promete suplir para nuestras necesidades, y aunque a veces quisiéramos asegurarnos la provisión de mañana, debemos descansar en su provisión diaria; a fin de cuentas, así fue como nos enseñó a orar Jesús.

Aunque a veces Dios nos permite vivir temporadas en las que podemos guardar reservas para el futuro, otras veces, debemos aprender a vivir descansando en que, de la misma manera en que Dios lo hizo hoy, también lo hará mañana. No existe otra manera más segura de vivir, que en dependencia total a él.

¿Reflejan mis palabras y acciones una actitud de dependencia total a Dios?

Oremos:

Dios, enséñanos a depender y a confiar mas en ti y menos en nosotros. Danos las fuerzas para hacer cada día lo que a nos corresponde hacer, y a descansar en que nuestras necesidades ya tú las conoces.