El niño que es SeñorMuestra

400 años de silencio

El último libro del Antiguo Testamento fue escrito unos 400 años antes del nacimiento de Jesús por un profeta llamado Malaquías. El capítulo 3 habla de la venida de Juan el Bautista. Malaquías 4:5-6 proporciona más detalles sobre este mensajero Juan: “Yo les envío al profeta Elías antes que venga el día del Señor, día grande y terrible. Él hará volver el corazón de los padres hacia los hijos, y el corazón de los hijos hacia los padres, no sea que Yo venga y hiera la tierra con maldición”.

Dios hace la increíble promesa de entrar en la historia de la humanidad, siguiendo a un mensajero que tiene un ministerio de predicación como el de Elías. Este mensajero anunciaría la llegada del Señor de forma parecida a un desfile que hace que todo el mundo se entusiasme con el invitado de honor que viene al final. Él vendría al templo, y uno de los efectos de su ministerio sería llevar a los pecadores al arrepentimiento.

Tras esta profecía, hubo 400 años de silencio divino mientras el Antiguo Testamento concluía y esperaba el cumplimiento de esta profecía. No se escribió ningún libro de la Biblia y ningún profeta habló. Algunos comenzaron a preguntarse si la provisión de Dios había abandonado al pueblo de Dios. Con excepciones, cada generación se volvió un poco más terca, de corazón duro y fría. Muchas personas no estaban caminando con Dios como deberían.

Pero un remanente permaneció devoto al Señor, incluyendo un hombre llamado Zacarías y su esposa, Elisabet. Lucas nos dice que “ambos eran justos delante de Dios, y se conducían intachablemente en todos los mandamientos y preceptos del Señor” (1:6). Su hijo, Juan, cumpliría la profecía de Malaquías y prepararía el camino para la venida del Señor Jesucristo.

Reflexión:

¿A quién conoces que haya permanecido fiel al Señor en medio de las pruebas como Zacarías y Elisabet? ¿Cómo puedes animarlos hoy (por ejemplo, con una llamada o un mensaje de texto)?