El niño que es SeñorMuestra
Tres grandes pistas
Tenemos mucho que aprender de este anuncio angélico.
Jesús es el Salvador. Todas las religiones y cosmovisiones fuera del cristianismo tienen algo en común: Dios no es el salvador. O tú eres tu propio salvador, o no hay salvador en absoluto. En el cristianismo, Dios es el héroe, el rescatador, el redentor, el Salvador. Esta es una buena noticia porque nos da esperanza. Si la única esperanza que tenemos está en nosotros mismos, es una existencia triste e inútil. Pero si hay un Salvador, hay una esperanza para nosotros que está más allá de nosotros y que viene a rescatarnos.
Jesús es el Cristo, el rey ungido. Al igual que Jesús, el rey David comenzó humildemente. David era un pastorcillo que cuidaba del rebaño de su familia, cuando un día apareció un profeta y lo ungió como futuro rey de Israel. Sin embargo, antes de poder subir al trono, David soportó grandes conflictos con su predecesor, el rey Saúl, y se preparó pacientemente para el día de su coronación. Jesús es así desde bebé. Él es el Cristo—”ungido”—pero hasta que Su reino se realice plenamente en la tierra, hay un gran conflicto entre el reino de Satanás (“el gobernante de este mundo”) y Jesús el verdadero rey. Es sólo cuestión de tiempo para que “el príncipe de este mundo” sea derrocado y Jesús pase de Rey ungido a Rey nombrado (Juan 14:30).
Jesús es Señor. El ángel adora a Jesucristo como Señor. Este es otro título real que significa que Jesús es el gobernante sobre todo lo que existe. Esta realidad debería llevarnos a una apreciación, comprensión y adoración más profundas de Jesús, el soberano preeminente de toda la existencia.
Cada uno de los tres títulos que el ángel usó para describir a Jesús nos dice algo importante sobre la identidad de Jesucristo. Salvador: Jesús es el héroe que nos salva de nuestro pecado con su muerte y nos da una nueva esperanza con su resurrección. Cristo: Jesús es el ungido, elegido para este propósito especial. Señor: Jesús es supremo sobre todas las religiones, todas las naciones y todos los pueblos.
Esta declaración única nos da una pista sobre la singular identidad y poder del niño en el pesebre. La posición legítima y exclusiva de Salvador, Cristo y Señor pertenece a Jesús. Este es el verdadero significado de la Navidad.
Reflexión:
¿Es Jesús tu Salvador? ¿Es Jesús tu Cristo? ¿Es Jesús tu Señor?
Escrituras
Acerca de este Plan
Cada Navidad, el mundo entero se detiene para celebrar el nacimiento de la persona más importante en la historia del mundo: ¡Jesucristo! En el devocional diario “El niño que es Señor”, estudiaremos los grandes detalles que rodean esta entrada de Dios en la historia de la humanidad, que cambió vidas, alteró la historia y salvó almas, tal como se registra en Lucas 1-2.
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Nos gustaría agradecer a Mark Driscoll por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://realfaith.com/