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El niño que es SeñorMuestra

El niño que es Señor

DÍA 16 DE 45

La reunión familiar

María y Elisabet. Una es joven; la otra es anciana. Una todavía no está casada; la otra ha estado casada durante muchos años. Una es virgen; la otra no lo es. Pero ambas son mujeres piadosas que llevan en su vientre hijos que cambiarán el mundo.

En la época cultural del Nuevo Testamento, las mujeres solían ser marginadas, particularmente las jóvenes, pobres y solteras, y las ancianas, pobres y sin hijos. Esto era especialmente cierto si vivían lejos de los principales centros urbanos y carecían de conexiones con familias influyentes. María y Elisabet cumplían con todos esos criterios. Estaban entre los que tienen menos probabilidades de ser elegidos para algo significativo.

Al retomar la historia, vemos la obediencia inmediata de María a la palabra de Dios: “En esos días María se levantó y fue apresuradamente a la región montañosa, a una ciudad de Judá, y entró en casa de Zacarías y saludó a Elisabet”. Elisabet no había anunciado públicamente que estaba embarazada. Estaba en casa adorando a Dios, preparando el cuarto del bebé y tal vez celebrando el hecho de que su marido se había quedado mudo por un tiempo. Y al enterarse de esto, María dice en esencia: “Bueno, tengo que ir a ver a Elisabet, la quiero, tenemos una relación cercana, y somos parientes. Estoy embarazada y ella está embarazada. ¡Necesitamos compartir nuestra alegría!”

Entonces María emprende un viaje de más de 150 kilómetros. El texto no menciona la ciudad específica, pero sí la región. Esta adolescente caminó unos 160 kilómetros, tal vez sola, probablemente bajo el sol abrasador, expuesta al peligro. Al parecer, tenía muchas ganas de ver a Elisabet.

La joven y la anciana se reúnen por fin: “Al escuchar el saludo de María, el bebé de Elisabet saltó en su vientre” (Lucas 1:41, NTV). Sabemos por versículos anteriores que Elisabet llevaba unos seis meses de embarazo, con un hijo que crecería y sería conocido como Juan el Bautista, y María acaba de concebir a Jesús por un milagro del Espíritu Santo. Se reúnen y el Espíritu Santo está presente y activo en las mujeres y en sus vientres. Juan salta en el vientre de su madre y Elisabet comienza a profetizar.

Reflexión:

Si Dios hiciera algo asombroso en tu vida, ¿quién sería la primera persona con la que quisieras compartir la noticia? ¿Por qué?

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Acerca de este Plan

El niño que es Señor

Cada Navidad, el mundo entero se detiene para celebrar el nacimiento de la persona más importante en la historia del mundo: ¡Jesucristo! En el devocional diario “El niño que es Señor”, estudiaremos los grandes detalles que rodean esta entrada de Dios en la historia de la humanidad, que cambió vidas, alteró la historia y salvó almas, tal como se registra en Lucas 1-2.

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Nos gustaría agradecer a Mark Driscoll por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://realfaith.com/