El niño que es SeñorMuestra

Adorar a Jesús

A través de las historias de Elisabet y María, vemos el modelo de la adoración fiel: Dios habla y bendice; nosotros creemos y adoramos. Dios inicia; nosotros respondemos. Dios revela; nosotros nos regocijamos.

Hoy, Dios sigue hablándonos por el Espíritu Santo a través de las Escrituras que ha escrito por medio de sus siervos como Lucas. Cuando oímos a Dios, debemos creer y responder. Debemos confiar en Él, obedecerle, amarle y seguirle.

Dios nos bendice porque todo lo que tenemos—incluida la vida misma—es un regalo suyo. Además, nos ha bendecido con la vida y la muerte de Jesús en nuestro lugar, para que podamos ser perdonados de nuestros pecados y transformados. Nos ha bendecido con la resurrección de Jesús, para que tengamos la esperanza de la vida eterna. Nos ha bendecido con el Espíritu Santo para que podamos recibir poder, guía y consuelo en la vida presente. En cualquier momento que estemos luchando con la adoración, debemos enfocarnos en recordar quién es Dios y lo que Dios ha hecho. Al hacerlo, nuestra nueva naturaleza impulsada por el Espíritu comienza a responder en adoración haciéndose eco de la grandeza de nuestro gran Dios. Esto es precisamente lo que vemos modelado por Elisabet, María y Juan.

Para reflexionar:

¿Cómo es tu adoración? ¿Confías en las palabras de Dios y aprecias Sus bendiciones en tu vida? ¿Cómo has respondido a estos regalos?