Conoce el amor así: 21 días para descubrir el corazón de Dios para tiMuestra

Importa cómo vemos algo

Irini Fambro

Enderezándose Jesús, le dijo: «Mujer, ¿dónde están ellos? ¿Ninguno te ha condenado?». «Ninguno, Señor», respondió ella. Entonces Jesús le dijo: «Yo tampoco te condeno. Vete; y desde ahora no peques más». –Juan 8:10–11

Recuerdo el día que sucedió. Puedo sentir el incómodo pupitre metálico debajo de mí. El olor de los chicos de secundaria a mi alrededor que aún no habían comprendido la importancia del desodorante. El zumbido de la máquina de transparencias del techo. El sabor a pura sequedad en mi boca cuando la maestra me hizo una pregunta. Ah, y por supuesto, ver a mi maestra mirándome fijamente y preguntándome si podía leer en voz alta el problema de matemáticas que se mostraba en la pared frente a mí. Entrecerré los ojos. Intenté moverme más hacia arriba en mi asiento para ver si podía acercarme. Murmuré y tartamudeé un poco: «Ummm". . . ahhh», no supe qué responder. Parece sencillo ahora, debería haber sido honesta y decir que no podía leer el problema. Pero como una egipcia que creció en Alabama, pasé toda mi vida tratando de no ser más diferente de lo que ya era. Sin embargo, todos mis esfuerzos no ayudaron a ocultar la verdad: no podía ver el problema.

Importa cómo vemos algo. La forma en que vi el problema de matemáticas ese día determinaría en gran medida cómo lo resolvería. Y no podía ver el problema por mucho que lo intentara. Porque ese día me importaba más cómo me verían las personas si tenía que usar anteojos que si no podía resolver un problema.

Importa cómo vemos algo.

En Juan 8 nos encontramos con una mujer que estaba sufriendo. Una mujer que estaba necesitada. Una mujer definida por su momento presente. Quizás no sea así como recuerdas su historia. La mayoría de las veces la llaman «la mujer sorprendida en adulterio». Y así la vio la gente que la rodeaba, en su peor momento. Si soy honesta, puedo hacer lo mismo: ver a las personas a través del lente de sus peores momentos. Me di cuenta de mi problema el otro día cuando estaba escuchando un sermón sobre Hebreos 11. Al mencionar a Abraham, pensé en cómo mintió acerca de Sara, lo que podría haber ocasionado que dos reyes la violaran. Luego vino David y pensé en cómo violó a Betsabé y asesinó al marido. Una y otra vez el capítulo menciona a hombres y mujeres de fe, y aunque el escritor de Hebreos eligió mencionar sus mejores momentos, yo vi los peores.

Importa cómo vemos algo.

¿Por qué miré a cada personaje de la Biblia desde una perspectiva tan crítica? ¿Por qué tiendo a mirar a los demás de la misma manera? Tal vez sea porque así es como me veo a mí misma.

Importa cómo vemos algo.

En Juan 8, los líderes religiosos vieron a una mujer en su peor momento y la definieron por ello. No les importó encontrar al hombre sorprendido en adulterio, sólo a ella. Definieron su valoración y su valor de acuerdo a su pecado. Pero Jesús vio las cosas de manera diferente; eso hace el amor. Jesús vio a una mujer que estaba sufriendo. Una mujer que necesitaba ser protegida, defendida y recibir seguridad.

Ellos vieron su pecado. Jesús vio su dolor.

Ellos vieron sus consecuencias. Jesús vio su necesidad.

Ellos vieron su momento presente. Jesús vio su posible futuro.

La gente que la rodeaba exigía que Jesús la viera por su pecado. Pero Jesús en cambio preguntó a la gente si ellos querían ser vistos por el pecado de ellos. Uno por uno la vieron y se vieron a sí mismos. Vieron el pecado de ella y vieron el de ellos mismos. Lo vieron desde su perspectiva, pero el amor les ofreció una manera de verlo desde otra perspectiva.

Importa cómo vemos algo.

Así que aquí estoy en mi momento presente conmigo misma y con los demás. ¿Cómo elegiré verlos?

¿Elegiré ver su pecado o su dolor?

¿Elegiré ver sus consecuencias o su necesidad?

¿Elegiré mantenerlos atados a este momento presente o mirar hacia su posible futuro?

Importa cómo vemos algo.

El amor ve diferente.

Oración

Padre, hoy vengo a Ti con miopía espiritual. A veces me quedo atascado viendo a los demás sólo desde su presente o sus peores momentos. A veces me veo así. Padre, ¿puedes darme una nueva perspectiva? Haz que tu amor sea tan real para mí que cambie la forma en que me veo a mí mismo y a los demás. Satúrame de tu amor para que me sienta seguro de traerte todo mi dolor, mis necesidades y mis esperanzas para el futuro. Ayúdame a ver a través de los ojos de tu amor. En el nombre de Jesús, amén.

Para reflexión adicional

¿Hay algún área de tu vida en la que piensas con frecuencia? Puede ser en tu vida personal, vida profesional, vida espiritual, etc. Pregúntate a ti mismo. . .

• ¿Soy demasiado duro conmigo mismo en esta área?
• ¿Evito hablar de esta área con los demás o hablo demasiado sobre ella?
• ¿Cómo vería Jesús esta parte de mi vida?
• ¿Qué me diría Jesús ahora mismo?

Espíritu Santo, ¿qué me dices hoy?