Conoce el amor así: 21 días para descubrir el corazón de Dios para tiMuestra

El consuelo de los amigos

Janna Briggs

Seis días antes de la Pascua llegó Jesús a Betania, donde vivía Lázaro, a quien Jesús había resucitado. Allí se dio una cena en honor de Jesús. Marta servía y Lázaro era uno de los que estaban a la mesa con él. María tomó entonces como medio litro[a] de nardo puro, que era un perfume muy caro, y lo derramó sobre los pies de Jesús, secándoselos luego con sus cabellos. Y la casa se llenó de la fragancia del perfume. –Juan 12:1–3 (NVI)

En 2020, mi esposo y yo pasamos por la temporada más devastadora de nuestras vidas. En el lapso de tres cortos meses, nuestro hijo de 19 años y nuestro hijo de 22 años corrieron delante de nosotros al cielo. Fue tan horrible que a duras penas sobrevivimos.

Pero fue durante esa temporada que comencé a reconocer el valor de mis amigos como nunca antes lo había hecho. Amigos a los que podría llamar y simplemente llorar a través del teléfono. Amigos que aparecieron y me dejaron ser franca y auténtica. Estos amigos me tomaron de la mano en los funerales de mis dos hijos y me han ayudado a recorrer la vida desde entonces. Todavía hay ocasiones en las que llamo o envío mensajes de texto solo para escuchar y sentir la seguridad de sus voces y la tranquilidad de su coherencia. Nunca supe cuánto necesitaría el aliento y el consuelo que se obtienen cuando estoy en compañía de amigos de confianza.

En el capítulo 12 del libro de Juan, muchas personas se centran en el hermoso acto de servicio y sacrificio que María hizo por Jesús con su preciosa vasija de aceite. Sin embargo, estoy sorprendida con algo más. Jesús, sabiendo que estaba en los últimos días de su vida en la tierra, intencionalmente eligió pasar tiempo con sus amigos cercanos. Completamente hombre, pero completamente Divino, debió haber estado pensando en lo que le aguardaba en el horizonte. El dolor. El rechazo. La aflicción. El final de sus días caminando sobre este planeta no iba a estar lleno de alegría sino de angustia. Y, sin embargo, en lugar de retirarse y aislarse, eligió estar en compañía de sus buenos amigos.

¿Me pregunto si compartieron historias y risas sobre la comida que María y Marta prepararon y sirvieron? Tal vez volvieron a contar historias y recordaron el momento en que se restableció la vida de Lázaro. ¿Hubo momentos de tranquilidad en los que el grupo pudo darse cuenta de que algo estaba en su mente? ¿Es esto lo que llevó a María a tomar la decisión de romper su vasija de alabastro y derramar su contenido sobre los pies de Jesús? Ella realizó ese acto desinteresado en medio de la comida. ¿Cambió la atmósfera de la habitación? ¿Sintieron todos los presentes que algo pesado pesaba sobre Jesús? Algo me dice que Jesús no fingió con ellos. En el capítulo anterior, se define explícitamente a Lázaro como amigo de Jesús. De todos los lugares a los que pudo ir en sus últimos días, eligió estar con sus amigos. Creo que debieron haberle consolado.

Mi esposo y yo hemos encontrado consuelo en la presencia de nuestros amigos muchas veces en los últimos años. La declaración de Dios en Génesis 2: «No es bueno que el hombre esté solo», no se aplica sólo al cónyuge. Si Jesús necesitaba queridos amigos, ¡¿Cuánto más nosotros?!

Entonces, ¿A dónde vas cuando surgen problemas? Por supuesto, puedes (y debes) acudir al Señor, pero ¿Tienes amigos a los que puedes acudir cuando tu mente y tu corazón están preocupados? ¿Tienes a alguien a quien puedas llamar, enviar mensajes de texto o reunirte cuando tu mundo está al revés y solo necesitas que alguien te tome de la mano? Y por otro lado, ¿eres un amigo al que otros pueden acudir con seguridad? Proverbios 17:17 (NVI) nos dice que «En todo tiempo ama el amigo; para ayudar en la adversidad nació el hermano.». Dios nos diseñó para vivir en comunidad y a cobrar valor en la compañía de amigos de confianza, en los buenos y en los malos momentos.

Quizás estés leyendo esto hoy y añores una amistad, pero te sientes aislado en la vida. Si tienes dificultades para encontrar buenos amigos, no te rindas. Si no sabes por dónde empezar, ¡grupo pequeño es un lugar maravilloso para encontrar amigos! Busca un lugar donde puedas ser vulnerable y real. En algún lugar donde no tengas que presumir o restar importancia a tus fortalezas y dones. En un lugar donde puedas ser la persona que Dios creó. Ora y pídele a Dios que te guíe hacia personas con las que puedas aprender, crecer, llorar y reír.

No estamos destinados a vivir la vida solos. ¡Solo mira a Jesús!

Oración

Jesús, Tú eres mi amigo y te lo agradezco. ¿Me ayudarías a ser un mejor amigo para quienes me rodean y a construir relaciones más auténticas con los demás? Cuando tenga cosas de las que necesito hablar, ayúdame a encontrar amigos en quien confiar. En el nombre de Jesús, amén.

Para reflexión adicional

• Tómate unos minutos hoy y escribe las ocasiones en las que un amigo haya marcado una diferencia en tu vida. Agradece al Señor por esos amigos y tal vez envíales una breve nota de gratitud.
• ¿Hay algún amigo al que puedas acercarte y animar hoy?
• Pídele al Espíritu Santo que te muestre algunas maneras en que podrías encontrar nuevas relaciones, tal vez en grupos pequeños, en eventos de la iglesia, en el trabajo o en tu vecindario.

Espíritu Santo, ¿qué me dices hoy?