Conoce el amor así: 21 días para descubrir el corazón de Dios para tiMuestra
Dame un pedazo de paz. . .
Bridgette Morris
«Pero el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, les enseñará todas las cosas y les hará recordar todo lo que he dicho. La paz les dejo; mi paz les doy. Yo no se la doy a ustedes como la da el mundo. No se angustien ni se acobarden. ». –Juan 14:26–27 (NVI)
Mientras lees el título, supongo que terminaste esa famosa cancioncilla publicitaria [en inglés] de una barra de chocolate.
No hace mucho, vi que mi hijo tenía una de esas barras de chocolate, así que canté la cancioncilla publicitaria, le tendí la mano y le pregunté si podía tomar un pedazo. Inmediatamente pude ver su vacilación y las preguntas internas que le surgían: ¿Renunciaré a mi chocolate? Amo a mi mamá, pero ¿darle un pedazo significa que no lo tendré todo para mí? Con reservas, partió lentamente una pequeña parte del chocolate y me lo entregó con una sonrisa tímida, sabiendo que era una oferta a medias.
A veces me pregunto si así es como creemos que Jesús nos responde cuando le pedimos su paz. ¿Lo vemos como tacaño o incluso molesto, como «¿Necesitas mi paz… otra vez?». Déjame asegurarte que Jesús no siente lo mismo hacia ti. Él te ama y quiere darte todo lo que necesitas para lo que te ha llamado a ser y para lo que te ha llamado a hacer.
La Biblia cuenta la historia de una vez en la que Jesús salió en un bote con algunos de sus discípulos y se enfrentaron a una tormenta. A medida que la tormenta arreciaba, Jesús de alguna manera estaba profundamente dormido mientras sus discípulos casi pierden la cabeza por la situación. Están atónitos y, francamente, horrorizados de que Jesús pareciera tan indiferente: ¡Estaba durmiendo en medio del caos! Cuando leí las palabras que Jesús dijo en Juan 14:27: «Les dejo la paz. Es mi propia paz la que les doy, pero no se la doy como la da el mundo», me imaginé esa escena de Jesús durmiendo en el bote mientras azota una tormenta. Me imagino estar en una situación caótica y la paz de Dios me envuelve tanto que puedo dormir profundamente durante la situación sin estresarme.
El diccionario define la paz como «libre de disturbios» o «un estado o período en el que no hay guerra o la guerra ha terminado». Pero la paz de Dios no es la misma que la paz del mundo; es mucho más. La paz de Dios es un manto de confianza en Él, que nos envuelve por completo sin importar la agitación que esté sucediendo en nuestra vida. La paz que Jesús nos da es su paz. No es una pausa en la guerra; es estar en una guerra y saber que Dios tiene tanto control y te ama tanto que, pase lo que pase, Él caminará contigo hasta el otro lado y al final estarás bien.
Las tormentas y las guerras pueden ocurrir de muchas maneras en nuestras vidas. Una tormenta puede ser una temporada de enfermedad o recuperación. Una guerra puede implicar orar con fe para que un hijo o un cónyuge regrese al Señor o tome buenas decisiones. Las tormentas y las guerras son parte de la vida. Por eso Pedro 4:12 dice que no te escandalices ni te sorprendas como si algo extraño estuviera sucediendo cuando enfrentas pruebas en esta vida. Simplemente son parte de nuestras vidas como humanos y especialmente como cristianos. Santiago 1:2 y 1:12 también hablan de soportar tiempos difíciles. Pero es en Juan 14 que Jesús nos da la clave para la paz en medio de las pruebas: el Espíritu Santo. Dios nos ha dado su Espíritu para consolarnos y guiarnos mientras atravesamos las tormentas y guerras de la vida.
¿Alguna vez alguien te ha regalado algo por obligación? ¿Quizás recibiste menos de lo acordado o de lo que te dijeron que recibirías? ¿Quizás te sentiste como una pequeña porción aplastada de una barra de chocolate? Mira, Dios no da como da el mundo. Lo que Él da es perfecto. No sólo eso, Él nos da lo mejor de Sí mismo. ¡Nos dio a su único Hijo como Salvador! Él abrió un camino para que tuviéramos una relación con Él y nos dio al Ayudador y Consolador para que esté con nosotros en los momentos difíciles. Nuestra parte es aceptar el don del Espíritu Santo y envolvernos en su consuelo y paz.
¿Hay áreas de tu vida en las que estás en guerra o en medio de una tormenta? ¿Está tu vida en un tornado violento? ¿Están las cosas un poco rebeldes? Quiero animarte y desafiarte a que evalúes tu vida y veas si hay áreas en las que no estás accediendo a la paz de Dios. ¿Hay algún lugar en tu vida donde no le permites al Espíritu Santo tener pleno acceso?
Abre tu corazón completamente a Él. Él tiene el control, sin importar la tormenta que se esté desatando a tu alrededor. El mundo no puede ofrecerte el tipo de paz que necesitas. Dios, sin embargo, te ofrece hoy un manto de su consuelo y paz sobrenaturales. ¿Lo aceptarás?
Oración
Padre Celestial, te doy pleno control de mi vida. Me someto a Ti y te someto mis pruebas y situaciones estresantes. Te entrego mi preocupación, pena, ansiedad, frustración y [agrega cualquier otro sentimiento que puedas tener] y recibo tu Espíritu Santo como mi paz y consuelo hoy. Gracias por amarme y darme todo lo que necesito. En el nombre de Jesús, amén.
Para reflexión adicional
- Escribe dos o tres áreas que te preocupan hoy. Pídele al Espíritu Santo que cambie tu corazón ansioso por Su paz.
- Tómate un momento para invitar al Espíritu Santo a tu día. Tal vez escribas un verso sobre la paz, escribas un diario de tus oraciones a Él, cantes una canción de adoración o simplemente te sientes en soledad con Él.
Espíritu Santo, ¿qué me dices hoy?
Acerca de este Plan
El amor de Dios por ti es incondicional, ineludible e imparable. Juan entendió este amor, y cambió su vida. A medida que leas cada día de este devocional de 21 días junto con el Evangelio de Juan, descubrirás que no hay amor como el amor de Jesús por ti y conocerás Su amor en tu corazón.
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Nos gustaría agradecer a Gateway Church por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://gatewaypublishing.com/