Misterio ProfundoMuestra

Imitadores de Dios

Cuando mi hijo era más pequeño, le encantaba seguir e imitar cada uno de mis movimientos. Estaba especialmente interesado en la forma en que yo me enamoré de su mamá. Me escuchaba contar historias de cómo nos conocimos, observaba cómo interactuábamos, y cada vez que la abrazaba, él estaba ahí siempre tratando de meterse entre nosotros.

No me di cuenta de lo mucho que había estado prestando atención hasta que una tarde de primavera, cuando mi hijo, que entonces tenía 5 años, entró a la cocina con sus manos escondidas detrás de la espalda. Se acercó a su mamá, se arrodilló, le presentó un gran tulipán rojo que acababa de cortar de nuestro jardín, y le pidió que se casara con él.

¡Qué gesto más adorable! En ese momento sabía que algún día haría muy feliz a una chica.

Cuando Pablo dijo a la iglesia de Efeso que fueran imitadores de Dios como hijos amados, esta es la imagen que me viene a la mente. Un hijo, con los ojos fijos en su padre, aprendiendo y observando cada uno de sus movimientos.

Mi hijo se tomó el tiempo para seguirme y estudiarme. Se mantuvo cerca. Aprendió mis manierismos y, cuando llegó el momento, salió y siguió mi ejemplo.

Para ser imitadores de Dios, debemos hacer lo mismo. Necesitamos estudiar Su Palabra. Necesitamos permanecer cerca de Él a través de la oración. Cuando lo hacemos, aprendemos cómo es Él. Entonces podremos dar un paso de fe y seguir Su ejemplo.

Todo lo que Cristo hizo fue motivado por Su amor por el Padre y Su amor por nosotros. Su amor era puro y sacrificial. Y como el tulipán en las manos de mi hijo, ofrece una fragancia encantadora. Cuanto más nos acerquemos a Jesús, más fácil será que sus manierismos nos contagien.

Si alguien observa a su matrimonio, ¿podría ver la influencia de Cristo? ¿Podría describirse la fragancia de su matrimonio como una ofrenda y un sacrificio a Dios, o la descripción sería menos agradable?

Este estudio es un buen comienzo. Lea Efesios 1 y 2 con su cónyuge y túrnense para describir la fragancia de su matrimonio. ¿Cómo estás imitando a Dios actualmente en tu matrimonio? ¿En qué aspectos podrías mejorar?

Cuando hayan terminado de hablar de esto, tomen un momento y oren juntos.

Orar: Padre Celestial, queremos que nuestro hogar se llene de la fragancia de Tu amor. Acércanos a Tu lado y llénanos de Tu Espíritu Santo. Muéstranos cómo podemos darnos más el uno al otro. En el nombre de Jesús, Amén.